Uno de esos libros que dan profundidad a nuestra biblioteca
Llegué a esta novela gracias a la lectura de Duelo de alfiles de Vicente Valero. Disfruto descubriendo libros a partir de otros, es un criterio de selección de libros bastante bueno. Es un autor recomendándote a otros. En este caso, además es mi primer acercamiento a Joseph Roth y creo que no será el último. Hotel Savoy se publicó en forma de serial en un periódico alemán hace casi cien años. Y sigue siendo capaz de entretenernos como el primer día.
La historia es realmente vaga. El protagonista y narrador, Gabriel Dan, es uno de los muchos combatientes que llegan a una desconocida ciudad de Europa del Este (no se concreta en ningún momento aunque he leído que probablemente esté ubicado en Łódź, Polonia) y se instala en el Hotel Savoy, un establecimiento que ofrece una deslumbrante fachada de lujo y occidentalidad, pero que esconde todo un mundo de personajes organizados jerárquicamente (los ricos en los elegantes pisos inferiores, los pobres en los superiores, atestados e insalubres): “este Hotel Savoy era como un mundo; hacia el exterior irradiaba una poderosa ostentación; la magnificencia parecía imperar en los siete pisos, pero en el interior habitaba la pobreza”.
En el hotel, Gabriel conoce a Stasia (bailarina de variedades que trae loco a medio hotel con su sensibilidad y atractivo físico) a Wladimir Santschin (payaso que muere a causa probablemente de las malas condiciones de vida del hotel) al misterioso ascensorista Ignatz (a quien los huéspedes entregan sus maletas una a una a cambio de su estancia en el hotel) o a Bloomfield (el esperado magnate que viene a la ciudad para invertir en ella). Otro importante personaje de la novela es Zwonimir, un antiguo compañero de armas y de cautiverio con el que empezará a compartir su habitación en el hotel, muy politizado que traerá de cabeza a Gabriel Dan en sus últimos días en el hotel. Todos estos personajes están retratados a base de casualidades, enredos y azares que van de lo divertido a lo traumático sin grandes alardes. El protagonista va tejiendo una red de huéspedes con intereses, vicios y complejos con los que va interactuando en diferentes momentos de la novela. Siempre alrededor del hotel y con un marcado afán de supervivencia, Dan va prolongando su estancia en la ciudad y en el hotel a medida que va encontrando pequeños trabajos o benefactores: “Gabriel, me digo, llegaste al Hotel Savoy con una sola camisa y saldrás de él con un equipaje de más de veinte maletas”. Uno de los aciertos de Roth reside en exprimir al máximo la oportunidad que le ofrece la ambientación del hotel. Ahora, cada vez que entre en un hotel me acordaré de Roth.
El Hotel Savoy es un reflejo de la desquiciada sociedad centroeuropea de entreguerras, marcada por la vuelta a casa de los combatientes (pobres, enfermos, desahuciados), el surgimiento del fascismo y del comunismo, la crisis de valores provocada por la Gran Guerra. Pero este retrato no es realista a la manera decimonónica, sino que tiene un aire inconfundiblemente centroeuropeo, con elementos vanguardistas y un estilo impresionista, de frases y párrafos cortos y cortantes. En sentido, el estilo de Roth rehúye de la sintaxis compleja y de la descripción minuciosa. Su lenguaje resulta situarse en la plácida franja donde convergen de alguna manera lo necesario con lo onírico, dando lugar un universo real y asolado a la par por espíritus de ideas suspensas entre paréntesis imaginaros.
Leed este libro si queréis disfrutar de una pequeña joya centenaria. Roth es de esos autores capaces de exprimir las oportunidades que le ofrece un escenario concreto. Cada vez que entréis en un hotel centroeuropeo os acordaréis de Hotel Savoy, de sus personajes y ambientes. Un relato sencillo, muy bien escrito, de los que dan profundidad a nuestras bibliotecas. Un goce para cualquier lector.
¡Nos vemos en la próxima reseña!