La verdadera riqueza está en los libros

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Las novelas que celebran los libros, los libreros (y libreras), las librerías… son siempre bienvenidas a mi biblioteca. Es necesario que se ensalcen las historias de aquellos que lo dieron todo por los libros o que sitúan a la Literatura en un lugar visible en sus vidas.  Este es el caso de Nuestras riquezas. Una librería en Argel, el libro de Kaouther Adimi, es un buen ejemplo de este tipo de libros. Nuestras riquezas ha sido galardonada con los premios Renaudot des Lycéens 2017 y Prix du Style 2017, y ha sido finalista de los premios Goncourt 2017 y Médicis 2017.

Personalmente, que un libro se ambiente en una librería ya me apetece, será porque las librerías (y las bibliotecas) son ese tipo de lugares donde me siento cómodo. Será por el silencio o por lo intransitado de sus pasillos, pero puedo pasarme horas en ellas ojeando (y hojeando) libros.

La historia que nos presenta Adimi realza la labor de Edmont Charlot, un joven francés veinteañero que regresa a Argel para abrir una librería (Las Verdaderas Riquezas) y fundar una editorial (Ediciones Charlot). Adimi mantiene el ritmo de la historia con dos tiempos: un presente y un pasado. El pasado está protagonizado por Edmont y se presenta a través del diario del propio Charlot. El presente se centra en Ryad, un joven francés que tiene el encargo de vaciar lo que queda de la librería para abrir una buñolería. Acompañando al pasado se va entretejiendo la historia de Francia y Argelia, la II Guerra Mundial, la independencia de Argelia, y de cómo estos hechos fueron complicando la vida del protagonista de una forma escandalosa. Pobre hombre… la gente que se dedica a los libros tendrían que estar exentos de sufrir ataques. En los conflictos armados, junto con los chalecos del Comité Internacional de Cruz Roja, tendrían que estar los de los libreros, con inmunidad diplomática y acceso a todos los rincones del conflicto. Esta gente regala vida, lo merecen. La parte relativa al presente permite conocer Argel en la actualidad a través del último librero que regentó Las Verdaderas Riquezas y el poder de atracción de los libros, de lo que cuesta deshacerse de un libro (o no), a través del comportamiento de los vecinos con este intruso que viene a desmantelar la librería.

Lo mejor del libro surge del diario de Edmont Charlot. El amor por los libros se respira en esas páginas: “Por la mañana, cuando llego a la librería, me paro un momento delante del escaloncito que hay ante la puerta para contemplar el local que me pertenece. En ocasiones me quedo allí inmóvil tanto tiempo que el camarero del café de al lado se alarma y me pregunta si va todo bien. Pues claro que va todo bien: los libros están colocados por orden alfabético, las obras de arte colgadas justo encima, y aquí solo tienen derecho de ciudadanía la literatura, el arte y la amistad”. Además, Charlot tiene un gusto refinado, sus clientes no siempre buscan lo que él quisiera que leyeran “¡Yo les hablo de Literatura, ellos me hablan de autores de éxito!”. Y a quién le sugiere que por qué no escribe, a él le gustaría atreverse a responderles que “escribir me aburre. ¡A mí me gusta publicar, coleccionar, hacer que los demás descubran, crear vínculos mediante las artes! Ay, qué bien representado me siento. No se me ocurre un mejor legado a este mundo que tejer una nutrida red de relaciones alrededor de las artes, del Cine, de la Pintura, del Teatro, de la Literatura. Ojalá este humilde blog esté contribuyendo a esto, quizás alguien esté leyendo/regalando libros que yo recomiende aquí. Ojalá este sea uno de ellos.

Por Las Verdaderas Riquezas pasan jóvenes autores que están empezando como Albert Camus: “La tarea no es fácil, pero las redes se crean y las amistades están ahí. Camus viene a menudo a la librería a echar una mano. Cumplimenta las fichas de suscripción, compra libros cuando tiene algún dinero y toma en préstamo otros. Se instala en los escalones o en la pequeña entreplanta y escribe, lee o corrige manuscritos para ayudarme. Aquí está como en su casa. Ayer le dije que había vendido el último ejemplar de su primer libro, El revés y el derecho. Trescientos cincuenta ejemplares”. También pasarán Antoine de Saint-Exupéry o André Gide. Casi nada.

En definitiva, un libro que supura amor a los de su especie. Te gustará si disfrutaste con títulos como La librería ambulante, La librería, Mi maravillosa librería, Los reinos de papel, Librerías o el magnífico 84 Charing Cross Road. Todos ellos fundamentales para los amantes de la Literatura.

 

¡Nos vemos en la próxima reseña!

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