«Creo que leer un buen libro te hace modesto. Cuando uno logra ver con lucidez el interior de la naturaleza humana, cosa que te proporcionan los grandes libros, uno siente la necesidad de hacerse pequeño. Es como mirar la Osa Mayor en una noche clara (…). Y cualquier cosa que te haga sentir pequeño es maravillosamente buena».
Efectivamente, tal y como intuía, me he divertido leyendo esta pequeña novela. Tiene un ritmo agradable, una lectura sencilla y una historia embriagadora sobre el amor a la vida propia y la necesidad de tomar decisiones atrevidas. Esas decisiones son las que nos acercan a los sueños.