Un disoluto ejercicio de onanismo literario
A la extensa lista de libros sobre libros, metaliteratura, ensayos sobre el placer de leer, sobre el vicio de crear una biblioteca, sobre la falta de autocontrol en una librería, se une ahora A pie de página. Placeres en el desierto de la lectura de Fernando Castro Flórez, editado por La Caja Books en su prometedora y recién estrenada colección bastardilla. En este blog somos afines a este tipo de literatura que, a riesgo de ser repetitiva, suele habitar lugares comunes para bibliófilos, bibliómanos, incluso bibliófagos; algunos de estos libros son De los libros, Leer contra la nada, El punto ciego, Los libros y la libertad, Contra la lectura o El síndrome del lector, sin contar con toda la maravillosa obra de Vila-Matas (¡el día 15 sale Montevideo!) y tantas obras que permanecen en mis estanterías esperando a ser leídas como La verdad de las mentiras de Vargas Llosa, Clases de literatura de Cortázar o La memoria vegetal de Umberto Eco.
¿Qué aporta A pie de página a toda esta fauna libresca? Nada especialmente, pero su lectura es entretenidísima. A mi gusto destacan sobre el resto los capítulos Las cosas del leer, sobre las manías lectoras del autor, y Apariciones y desapariciones en mi biblioteca, sobre mudanzas y convivencias maritales entre libros. Este tipo de propuestas es difícil que yerren el tiro; es relativamente fácil contentar a un lector omnívoro como yo con un ensayo sobre literatura donde me identifique con un autor que escribe sobre sensaciones, costumbres, vicios y demás parientes relacionadas con los libros, la lectura y las siempre escasas estanterías de la casa. Se trata de dos personas que comparten gustos y que se identifican; es casi como conocer a una persona con la que te entiendes, es prácticamente hacer un nuevo amigo. De Fernando Castro me llevo sus inicios copiando enciclopedias, su gusto por Borgen, Octavio Paz o Rilke y empatizo con su mirada traviesa a su mujer cuando entra en casa con una nueva bolsa llena de libros de su librería de referencia.
Hay mucho escrito sobre esto, no todo es imprescindible, pero tampoco sobra nada. Si puedes estar toda la vida hablando de tu grupo de música favorito, de tu equipo de fútbol, de series o de ciudades a las que quieres viajar, también puedes leer todo este género sin aborrecer ni una sola página. Ahí me encontraréis, en un disoluto ejercicio de onanismo literario.
¡Nos vemos en la próxima reseña!