Me ha encantado. Me ha parecido un libro maduro. Tiene un ritmo tranquilo, sosegado, paciente. Quizás eso sea lo que te da la edad y la experiencia: naturalidad, parsimonia y seguridad. Me ha sorprendido mucho Haruf, tiene un estilo narrativo adictivo.
El libro narra la historia de dos vecinos (Louis y Addie) que acaban de entrar en la vejez, viudos, solitarios, y deciden empezar a compartir su vida. Esencialmente sus noches. Dormir juntos. Hablar de sus vidas, de sus logros y sus fracasos, de lo que tenía que haber sido su vida y de lo que terminó siendo. La historia avanza con un ritmo pausado y transmitiendo mucha seguridad. Desde luego que existen dudas, inseguridades, extrañezas, pero han decidido romper los moldes de lo socialmente esperado y son consecuentes. Se sienten cómodos juntos, se complementan. Y sí, el libro es así. No hay peros. No hay giros. Es tal cual. Quieren estar juntos y Haruf nos cuenta su historia conjunta. Me parece increíble lograr eso sin caer en el tedio. Es capaz de generar un ambiente de complicidad combinándolo con una historia conmovedora, agridulce y plagada de «la sabiduría que solo poseen aquellos que han llegado a una edad en la que lo que menos importa es la opinión de los demás«.
Una pequeña joya sobre el carpe diem en la vejez. Un libro inspirador. Si en algún momento me veo mayor, viudo, con la vida resuelta y la suficiente solvencia económica como para disfrutar de los pequeños placeres de la vida, espero encontrar a alguien como Addie. Yo prometo ser alguien como Louis. Y vivir. Seguir viviendo cuando otros ya la dan por amortizada. De momento, leamos esta joya de papel que es ‘Nosotros en la noche’ y vivamos la vida de Louis y Addie.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
Leer es vivir dos veces 