Reseña del Libro del desasosiego de Fernando Pessoa

Un libro difícil de recomendar. Tan brillante como inabarcable

Os traigo un libro del que se puede decir de todo y todo será cierto. Antes de escribir esta reseña sobre el Libro del desasosiego de Fernando Pessoa, editado por Acantilado y traducido por Perfecto E. Cuadrado, he leído otras reseñas y comentarios y ninguna hace la misma lectura del libro. Todas aportan ideas distintas y destacan aspectos diferentes de la obra. Esto solo pasa con la literatura de alta alcurnia de libros muy particulares. Le pasa algo parecido, salvando las distancias, a Rayuela de Julio Cortázar. Veamos a qué me refiero.

La trama del libro es lo de menos, apenas tiene. El protagonista es Bernardo Soares (heterónimo de Pessoa) un ayudante de tenedor de libros que vive en Lisboa y trabaja en una oficina sin descubrir su faceta de escritor entre sus compañeros y conocidos. Pero en el libro no hay acción, no pasan cosas, y sin embargo son casi seiscientas páginas cargadas de ingenio, filosofía, sociología y mucho mucho desasosiego. Como sostiene Juan Carlos Calderón en Unlibroabierto, Libro del desasosiegoes un compendio de reflexiones sobre la vida, la filosofía, la literatura, la soledad, el arte de escribir…, que acaban por formar una perspectiva muy acertada, adecuada y perfectamente transpolable a la actualidad del hombre postmoderno”. El libro se compone de casi quinientos fragmentos que recogen sueños, reflexiones, ideas, dudas, situaciones particulares, referencias de otros autores, etc., en los que se va descubriendo la personalidad del autor y su forma de ser y estar en el mundo. Como resumía Richard Zenith, “lo que aquí se presenta no es un libro sino su subversión y negación, el libro en potencia, el libro en plena ruina, el libro-sueño, el libro-desesperación, el anti-libro, más allá de cualquier literatura. Lo que tenemos en estas páginas es el genio de Pessoa en su punto más alto”.

Tengo el libro muy marcado. En casi todas las páginas he destacado alguna frase que merece la pena sobre la vida, la muerte, los sueños, el arte, los placeres, las ilusiones, Dios, los deseos, la conciencia, la nostalgia (saudade mantiene el traductor), sobre sus certezas, su idea de justicia y de belleza, sobre el amor y la guerra, sobre casi cualquier resquicio de la vida de una persona Pessoa tiene unas líneas en este libro tan fragmentario como mastodóntico. Es casi un tratado filosófico sobre el hombre sin voluntad, absorbido por el tedio y machacado por la finitud de la vida. Al inicio de esta reseña señalé que de este libro se había dicho de todo y todo tenía cabida. Y es cierto. Incluso se puede decir que es un libro aburrido, pesado, denso y cansino. Sí. Recomendar este libro es un arma de doble filo, me desmarco de esa tarea. No te lo voy a recomendar, a menos que seas un loco de la literatura, que no te pesen los libros gordos, que no te aburra la filosofía y que disfrutes con los experimentos literarios. Si consigues sobreponerte a todas las dificultades, vas a disfrutar de una obra inabarcable, impecable y absorbente. Terminarás el libro totalmente desasosegado, Pessoa te habrá inoculado el virus del desasosiego y serás un alma triste durante un tiempo, parafraseando a Bernardo Soares en uno de sus primeros fragmentos, “sufrirás sin sentir ni pensar”, quedarás atrapado por sentimientos como el siguiente, “es una voluntad de no querer tener pensamiento, un deseo de nunca haber sido nada, una desesperación consciente de todas las células del cuerpo y del alma. Es el sentimiento repentino de estar enclaustrándose en la cela infinita. ¿Hacia dónde imaginar la huida, si la celda lo es todo?” o cuando hacia el final sentencia que “siempre encontré fútil considerar la vida como un valle de lágrimas: es un valle de lágrimas, sí, pero donde raras veces se llora (…) La vida sería insoportable si tuviéramos conciencia de ella (…) Todo el mundo, toda la vida, es un vasto sistema de inconsciencias operando a través de conciencias individuales (…) Feliz, pues, quien no piensa”. Ante semejante panorama, podrías preguntarte, ¿para qué escribió Pessoa este libro? Carlos Skliar intentó responder a la pregunta y le quedó un sugerente texto.

Sea como fuere, me alegro de haberme atrevido con semejante libro. Creo que volveré a él, quizás incluso rescate alguna de sus frases en algunos momentos de mi vida, lo releeré alguna otra vez y seguro que no lo olvidaré. Creo que es la mejor forma de recomendarlo sin hacerlo explícitamente (por si tomas represalias).

¡Nos vemos en la próxima reseña!

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