Una novela sobre el rastro que deja el pasado y las oportunidades que ofrece el futuro
En esta ocasión la colaboración con Acantilado me ha traído una de sus últimas novedades, Lealtades y traiciones de Aleksandar Tisma. El catálogo de esta editorial es muy interesante, siempre sorprenden títulos y autores que (al menos para mí) son desconocidos. De este libro me llamó la atención la temática. Ya he tocado otras veces el tema de las repúblicas ex – soviéticas y las condiciones en las que vivían sus habitantes. Desde diferentes prismas lo he reseñado en El meteorólogo, El ruido del tiempo, La maleta o Jóvenes talentos.
En Lealtades y traiciones, Tisma nos presenta a Sergije Rudic, un hombre que vuelve a casa de sus padres tras dar varios traspiés a lo largo de su vida. En un anuncio por palabras diría “treinta y ocho años, licenciado en Derecho, reparador de novelas de aventuras traducidas, casado dos veces, padre de una niña coja que vive con su madre, de la que no se ha divorciado”. Alguien con esta biografía parece que tiene cierta legitimidad para reflexionar sobre algunas cuestiones. Ambientada en la Yusgolavia de la postguerra, Tisma hurga en los rincones de la condición humana, en la miseria, la venganza, el resentimiento, el miedo, el egoísmo, la lucha de clases, las ideologías, los remordimientos, o el amor.
La historia funciona bien intercalando pasado y presente. Hay algunos capítulos especialmente buenos. Dos de ellos están al inicio de la novela. El primero es el encuentro en casa de los Stepanov donde a través de la conversación reviven un pasado marcado por la historia del país. El segundo es el capítulo donde se hace un repaso a la vida de las familias involucradas en la historia a través de la biografía de Inge, una de las protagonistas. En estos dos capítulos el autor demuestra una gran habilidad para narrar el pasado fluidamente. No se hace pesado sin dejar de ser exhaustivo. El tercero de estos capítulos que me atrevo a resaltar está hacia el final del libro; en él, Sergije, baraja todas las opciones que tiene para avanzar en una situación compleja que no puede controlar pero que desestabiliza. Con maestría y profundizando en la mente del personaje, Tisma plantea todas las salidas que tiene el protagonista: matar a una niña, matar al marido, o que alguien mate por él al marido. La fluidez del relato es asombrosa, te va llevando de una opción a otra sin forzar en ningún momento la historia.
También merece la pena destacar la construcción de los personajes. Brillante en la mayoría de los casos, hasta los personajes secundarios y circunstanciales como los de sus aventuras de juventud militante. Personalmente me quedo con Eugen, tranquilo, paciente, humilde, retraído, inseguro, empequeñecido, frágil… un amigo de los que no llaman la atención, pero nunca te abandonan. Abnegado, leal y fiel como el que más. Pobre y amante de los libros. Buenazo, sensible y discreto. El amigo que todos quisiéramos tener, pero que Sergije despreció durante toda su vida hasta que lo necesitó. Y así con todos. Inge también es un personaje muy interesante por las continuas encrucijadas que se le presentan y cómo las va resolviendo continuamente condicionada por su pasado.
Es cierto que tardas en entrar, luego es una delicia. Todos los planteamientos axiológicos, éticos y morales que propone la novela están bien abordados. Lealtades y traiciones es una novela sobre las segundas oportunidades. La búsqueda de la felicidad está detrás de todas las decisiones, pero la motivación de cada uno de los personajes es diferente e incluso pueden ser contrarias. Ahí está el interés de la novela, en cómo se resuelven estas disyuntivas. Tisma las resuelve de forma brillante, aunque no siempre satisfactoria para los intereses de los personajes.
Leed a Tisma. Acantilado tiene editados otros cuatro títulos y seguro que volveré a él. Leedlo si os apetece una novela de estilo sobrio y conciso, conmovedora y cargada de sentimientos. Dadle a Tisma la oportunidad que él niega a sus personajes, y no os arrepentiréis.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
Lo tengo al lado de la cama, en un montón que suelo llamar «el rincón de lecturas muy próximas». Leyéndote se han acrecentado las ganas de adentrarme en la obra. Muchas gracias por tan estupenda reseña.
Me gustaMe gusta