La rareza. El cubismo literario. La gamberrada. La estridencia. La locura. La diversión más inverosímil. La salida de tono. La creatividad desbordante. Todos los rasgos de la obra de César Aira están en esta rocambolesca historia.
El congreso de literatura es una obra provocativa, evocadora y exótica. Rompe con los cánones de un libro al uso. Giros bruscos en el guion y una alta cantidad de imágenes potentísimas, van dibujando la historia de un Sabio Loco, una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, por las mañanas traductor – escritor y por las noches científico loco, que intenta crear un ejército de clones de intelectuales poderosos para dominar el mundo, empezando por Carlos Fuentes (el escritor mexicano). Destaco especialmente el pasaje de su hiperactividad mental, es magnético.
La literatura de Aira es un globo desinflándose en una habitación, una escopeta de feria, un borracho bailando desenfrenadamente en una boda, un ataque epiléptico, un movimiento espasmódico. Aira pueda estar en misa y repicando, acelera y frena a la vez, puede estar a Rolex y a setas, sopla y sorbe al mismo tiempo. Es alucinante su capacidad para ramificar tramas, desarrollar personajes, encumbrarlos y a continuación abandonarlos a su suerte y formar otros en dos trazos para que se vuelvan fundamentales en las próximas páginas.
El congreso de literatura tiene una escritura limpia e imaginativa, cautiva con esa suerte de clarividencia alucinada que inunda de poesía las páginas finales. Un divertimento muy serio, donde emana el arte de la escritura argentina más insólita, extravagante, transgresora y alejada de los cánones que marcaron genios de la altura de Borges, Cortázar o Sabato. Haceos el favor de leerlo.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
Leer es vivir dos veces 