Reseña de La familia de Sara Mesa

Me malacostumbré y ahora me supo a poco

Ya lo habréis leído todas y todos. Seguro que llego tarde, pero no me resisto a comentar La familia, de Sara Mesa, editado por Anagrama y publicado en septiembre del año pasado. Es mi cuarto libro de la autora y sigo pensando que sus libros son fáciles de leer y difíciles de abandonar. Al reconocimiento exponencial a su literatura por parte de los lectores que disfrutan de sus novelas -que suelen ser bastante chungas por lo general- se suma ahora la llegada al cine de la adaptación de Isabel Coixet (guion coescrito con Laura Ferrero) de su novela anterior, Un amor. Por mi parte, os adelanto que La familia no será el primer libro que recomiende de su autora, creo que los tiene mejores.

La familia cuenta la historia del Proyecto de Damián y Laura, padres de tres hijos (Rosa, Damián, Aquilino y Martina -adoptada-). Damián es el padre y se presenta como un hombre de ideas fijas obsesionado con la rectitud -que veremos como se va deshaciendo a medida que avanza la novela-. La apariencia monolítica de la familia se va resquebrajando y la opresión que se respira entre sus paredes terminará creando vías de escape, códigos clandestinos, ocultaciones, fingimientos y mentiras. Contada desde las perspectivas de los diferentes miembros de la familia, la novela se torna coral y abarca varias décadas por cuyos testimonios laten el deseo de libertad y la crítica a los pilares que tradicionalmente han sostenido, y todavía sostienen en gran medida, la institución familiar: autoritarismo y obediencia, vergüenza y silencio. La familia entendida así, como un ambiente subyugante, incómodo y opresivo es la verdadera protagonista. Y es que la familia también puede ser eso y esa es la reivindicación que hace Mesa; en una entrevista en El País reconoce que “no entiendo por qué la palabra familia está connotada positivamente, como el amor, o la felicidad. Debería tener una connotación neutra, como el trabajo. Porque las hay buenas y malas. En el fondo, implica convivir con personas que no has elegido, y que pueden hacerte daño. Una familia puede llegar a funcionar como una secta. Y hasta que no se está fuera, no se es consciente de que lo que pasaba dentro no tenía nada de bueno”. Sin embargo, para Nadal Suau la protagonista del libro no es la familia, sino la soledad, “la soledad me parece la verdadera protagonista de la novela; y las dinámicas de poder son el hábitat cruel en el que habita, un ecosistema que enrarece el aire del hogar, se derrama por las escaleras de la finca, trepa por las paredes del instituto de los vástagos, por sus estudios y trabajos, relaciones y enfermedades”.

Bajo mi punto de vista, La familia es un buen libro, que se lee muy fácil, que plantea algunas cuestiones que deben ser repensadas, pero se queda corto con respecto a otras novelas de Mesa; por ejemplo, Un amor que para mí sigue siendo una novela excelsa. Sin embargo, la propia autora -en esa entrevista en El País a la que ya he hecho referencia- considera que este es su trabajo más sólido, “tengo la sensación de que La familia es la más sólida de mis novelas, la más densa, porque la escribí sin distracciones, en siete meses, durante el confinamiento (…) [Hay en ella] una carga mucho más emocional”. A mí me ha dejado con ganas de más. Aunque Tolstoi talló en piedra que todas las familias infelices lo son a su manera -y por lo tanto hay tantas posibles obras como familias-, me parece que hay novelas mucho mejores que tratan sobre esto mismo. Seguiré leyendo a Mesa porque se tiene ganada mi confianza lectora, pero espero que recupere ritmo y profundidad.

¡Nos vemos en la próxima reseña!

4 respuestas a “Reseña de La familia de Sara Mesa

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  1. He leído las mismas cuatro novelas que tú. Mi favorita es Cicatriz, aunque Un amor también me gustó mucho. La familia se me quedó muy por debajo. Hubo historias ahí tiradas que ni fu ni fa, y como dices, hay mejores novelas que esta para retratar las intrigas familiares. De todos modos, Mesa me gusta, y la novela me la leí en un solo día. Así de fácil es.

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  2. Pues a mí, con diferencia es la que más.
    Le veo ¿demasiados? parecidos con Lluvia Fina, de Luis Landero, pero la veo interesante y bien escrita.
    Me pasa una cosa con Sara Mesa y es que muchas veces usa frases muy rudimentarias como de «redacción de COU». Me refiero a palabra metidas con calzador que no son de uso habitual y me sacan del contexto. Por ejemplo «Joaquín se limita a esperar sin asomo de vergüenza que todos hagan lo mismo…» o «Recoge plantas de casa cercanas, muchas de ellas deshabitadas, ramas que asoman…. cuya pérdida».
    No encuentro ahora más ejemplos, pero le veo frecuentemente ese uso de palabras metidas a calzador.

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