Cómo tocar el cielo y enfangarse en el barro en la misma obra
Por fin. Reedición muy esperada. Claus y Lucas, de Agota Kristof, ha podido abandonar ese reino de las tinieblas para volver con nosotros en una oportuna reedición de Libros del Asteroide. Aunque pueda sorprender, debemos advertir que Kristof jamás escribió una obra titulada Claus y Lucas. Y es que la edición de Libros del Asteroide incluye tres secciones: El gran cuaderno, La prueba y La tercera mentira. Esto, que a simple vista podría parecer una división de la obra Claus y Lucas es, realmente, la recopilación de los tres volúmenes independientes que la autora publicó con los personajes de Claus y Lucas como protagonistas. En concreto, los dos hermanos juntos para el primer libro, solo Lucas para el segundo y de nuevo ambos en el tercero, aunque ese último tal vez sea más un libro de Claus. Agota Kristof editó estas obras como tres novelas completamente independientes en los años 1986, 1988 y 1992. Y fueron recopiladas en 2007 por la editorial de El Aleph para el mercado en castellano en un solo volumen, bajo el título aglutinador de Claus y Lucas, que después terminó descatalogado. Esta edición es la que ahora recupera Libros del Asteroide.
José Carlos Rodrigo en su entrada de Proscritos analiza la novela con mucho acierto y buen criterio. Ciertamente, en una primera versión de esta reseña había cogido mucho de su trabajo (sin su permiso y aquí estoy intentando resolver ese grave error por mi parte) porque estaba muy de acuerdo con su valoración y me parecía que lo expresaba bastante bien. Por lo tanto, recupero (ahora citándole, mil perdones), algunas de sus valoraciones. Quizás la más interesante sea aquella en la que valora de forma general la estructura de la novela y apunta que «indudablemente, la serie narrativa gana en cohesión al presentarse junta e integrada como un solo libro de tres partes, pero esto, a la larga, y al estar los textos concebidos como unidades autónomas, también muestra algunas grietas. Y esas grietas provienen del significado y del peso casi monstruoso de la primera novela de la saga, El gran cuaderno, en comparación con las otras dos. El gran cuaderno es la novela de Claus y Lucas, sin duda, y el libro por el que Agota Kristof, en su debut literario, alcanzó la fama y que no pudo superar. Con esta novela recibió el Premio Europeo de literatura francesa (la obra estaba escrita originalmente en francés, Agota Kristof se exilió de Hungría a Suiza) y fue traducida a más de 30 idiomas«.
En El gran cuaderno, en plena Segunda Guerra Mundial, los gemelos Claus y Lucas son llevados por su madre a vivir con su abuela. Lo que se pretende es evitarles los horrores de la guerra, pero no se librarán de ellos. Su abuela, a la que llaman “la Bruja”, los hará trabajar para ganarse el pan y, además, vivirán rodeados de muerte, violencia y destrucción. Los niños, que escriben cada noche en un cuaderno sus vivencias, deciden endurecer su carácter para enfrentarse a la realidad del mundo de los adultos. Así van perdiendo la inocencia y el sentido moral, de modo que ya no volverán a ser los mismos nunca más. A este respecto, Rodrigo apunta que «de esa manera, sus decisiones de curtirse de las formas más bárbaras para hacerle frente al salvajismo los van deshumanizando y convirtiendo en unos seres que se enfrentan al padecimiento como si fueran autómatas. No sienten hambre, ni frío, ni dolor, ni fatiga, ni sueño. Han llegado a un monstruoso nivel de autocontrol necesario para abrirse camino en la terrible realidad de la guerra, y en la tremebunda era de la posguerra bajo la ocupación soviética«.
Los dos primeros libros son sublimes. El tercero sobra. La historia terminaría genial en el final del libro 2. El 3 es un galimatías de nombres, (aun así, aquí encontré un destello en el laberinto de Kristof: el regalo de los nombres de Claus y Lucas, un anagrama que está en la cabeza de Lucas quien recuerda como “Claus” a su hermano “Klaus”, para Lucas no podían ser más gemelos), situaciones y tiempos imposibles. Desmotiva la lectura por la dificultad de encontrar el hilo y la verosimilitud.
A pesar de todo esto, en Claus y Lucas Kristof brilla con luz propia. Despliega un estilo limpio, directo y escueto, sin florituras ni frases complejas, que en principio sirve para situar en primera línea la violencia descarnada de la historia de los dos hermanos, que además nos la cuentan amparados en un “nosotros” que quizás sea el mayor acierto de Kristof. No le quitemos ningún mérito, pero tampoco os emperréis en querer terminar el libro. Si no leéis más allá de La prueba, pues tampoco pasa nada. Habremos disfrutado de una de las más impresionantes lecturas de finales del siglo XX, una parábola estremecedora sin espacio para la esperanza. Solo por eso ya merece la pena la ansiada reedición que nos brinda Libros del Asteroide.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
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