«Todas nos entregábamos a nuestros placeres. Nettie quería seducir, mamá quería sufrir y yo quería leer. Ninguna de nosotras sabía cómo imponerse una disciplina que condujese a al consecución de una vida femenina ideal y corriente. Y, de hecho, ninguna de nosotras lo logró»
Una biografía sincera, real, femenina, cercana, atrayente, dolorosa en ciertos momentos y divertida en muchos otros. Una novela protagonizada por mujeres, pero que toma las relaciones con hombres como el centro de sus preocupaciones. La protagonista, a través de sus historias amorosas o simplemente sexuales, traza un recorrido psicológico, físico, visceral y emocional de su trayectoria vital. Se abre en canal con los lectores, reconoce errores, justifica sus propias decisiones, psicoanaliza a todos los que la rodean y acaba sucumbiendo a la terrible evidencia de sus contradicciones, de sus «apegos feroces».
La novela juega con esa idea de que hay gente de la que no te puedes «deshacer» y aunque esas relaciones se acaben consumiendo, seguirán vivas en tu cabeza porque con todas se aprende o se disfruta. No hay vidas ideales, no hay caminos (cor)rectos, hay vidas que vivir y decisiones que nos obligan a elegir entre el olvido y la memoria, entre la nieve y el sudor. Como dice Sabina, «será mejor que aprendas a vivir sobre la línea divisoria que va del tendió a la pasión». Y eso es lo que se esfuerza en demostrar Vivian Gornick con esta historia que son sus memorias.
Un libro muy entretenido, fácil de leer, ameno, sencillo, bien trazado y con una edición cuidada.