Hoy os traigo una rareza.
No sé qué me pasa con esta editorial pero sus libros me parecen extraños (excepción hecha a Apegos feroces). Me la recomendó Alfonso de Tipos Infames que, aunque le tengo mucho cariño, hay veces que conmigo no acierta… Y no está mal, pero es raro. Muy raro. Tan raro que cada capítulo es una sola frase de entre seis y diez páginas. Al final del libro le encuentras sentido, porque todos los capítulos que llevan ese estilo son razonamientos en la cabeza del protagonista; y es cierto que en nuestros pensamientos no hay signos de puntuación. Como truco utiliza los puntos y coma y las comas, pero agobia un poco leer sin puntos (si no escribes como Saramago, obviamente).
Nassar nos cuenta la historia de una huida hacia adelante. André, un joven nacido en el seno de una familia rural profundamente tradicional y religiosa, huye de su casa para vivir en libertad. Harto de las restricciones familiares, del corpiño ideológico al que les somete el padre, de las obligaciones y del trabajo agotador del campo, decide lanzarse a lo desconocido. Durante su periplo en libertad, en su cabeza van planteándose continuamente disyuntivas entre orden/caos, placer/obligación, cuerpo/alma, familia/individuo, religión/libertad de pensamiento… Además, André carga con un secreto inconfesable, un profundo y sincero amor por su hermana, algo que le genera tanta ansiedad que termina confesándoselo ante el silencio imponente de ella.
Me gusta el libro. Pero es muy raro. El estilo también se las trae. Más allá de la particularidad en la puntuación, Nassar va tejiendo pensamientos en cadena que dificultan el hilo de la historia. Introduce saltos temporales. Elimina cualquier atisbo de sentido común en el texto. Es para leerlo concentrado. Hay quien dice que su prosa es «lírica y sensual», yo le reconozco cierta fluidez en la lectura, pero a cambio es muy fácil llevar quince líneas y pensar «¿pero de qué me estaba hablando?». Se identifica también cierto toque bíblico en la forma de narrar, con muchas figuras retóricas, giros copernicanos en el discurso, incluso guiños a pasajes. Particularmente esto me da mucha pereza, pero es una cuestión personal.
En definitiva, un libro diferente de un autor con un estilo muy particular. Si os queréis salir de lo convencional, Labranza arcaica es una muy buena opción.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
Deja una respuesta