
Una novela de muros que deben ser derribados
Pronto volveré a mis temáticas recurrentes, pero hoy os traigo un libro que se ha colado entre mis lecturas y que ha supuesto un reencuentro con la literatura sencilla y profunda, algo tremendamente difícil y con la que Aroa Moreno Durán ya me sorprendió en La bajamar (qué final el de esa novela…). Hoy os traigo, La hija del comunista, su primera novela, editada originalmente por Caballo de Troya y que ahora, en un salto cualitativo para la autora, pasa a la hermana mayor, a Random House. Esta novela publicada en 2017 recibió el premio El Ojo Crítico de RNE; el jurado (entre las que se encontraba Almudena Grandes en aquella edición) destacó “la capacidad de la autora para construir un relato conmovedor desde la sugerencia y la delicadeza en el contexto de una familia de exiliados españoles en el Berlín oriental”.
La hija del comunista cuenta la historia de Katia Ziegler, una niña alemana que crece en el Berlin de los años 50, con todas las limitaciones sociales, políticas, incluso axiológicas que el régimen comunista impone a sus ciudadanos. Un buen día, Katia sigue su instinto, impulsada por un amor adolescente, y huye con un chico del Berlín Occidental hacia el sur de la RFA, dejando a sus padres (exiliados de la guerra civil española) y a su hermana más pequeña. Abandonándolos sin ninguna despedida. Con estos mimbres, la autora propone un relato cargado de belleza, de nostalgia y de dolor. Moreno Durán teje literariamente el vestido rojo que Spielberg pasea por Krakovia.
Se trata de una novela de muros, muros que se levantan y muros que se deben derribar. El muro que separa Berlín. El muro que se levanta con la huida de Katia. Y el muro interior que lleva Katia, un muro con su pasado, su familia y sus sentimientos. Quizás el muro interior de Katia sea el menos definido, en esto coincido con Ernesto Ayala-Dip en Babelia, “Katia hace cosas incomprensibles, como irse de la casa familiar a la francesa, como no soportar a su marido, como aislarse, todo ello sin ninguna explicación. Entonces, de pronto el lector puede descubrir que la novela que lee no profundiza en el abismo que padece Katia. De pronto la novela de Katia entre muros se convierte en la novela de una Katia insuficientemente relatada”. Este sería el punto crítico de la novela. Su flanco más débil. Y sin embargo, no impide que se mantenga a flote y nos regale buenos momentos a los lectores. El consuelo, a mi juicio, es que la Moreno Durán de este libro ha sido superada por la Moreno Durán de La bajamar. Y la esperanza es que la Moreno Durán de la próxima novela sea mejor aún. Yo estaré atento. Quiero leerlo todo de esta autora.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
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