Reseña de Cinco inviernos de Olga Merino

Recuperar las reseñas completas en el blog no está entre mis propósitos de año nuevo. Sin embargo, aquí estoy disfrutando de mis contradicciones. Ese sí podría ser un propósito para este 2024: alimentar mis contradicciones y sentirme cómodo en ellas. Gustar ahora no es una prioridad, estoy en modo protagonista de la canción Los perros de Arde Bogotá. Ayer escuché a Colita, una de las máximas exponentes de la fotografía patria fallecida en 2023, que decía en una entrevista que hacemos las cosas para gustar a los demás. Seguramente tenga razón, pero quizás la alternativa ahora sea no hacer cosas, o hacerlas sin metrónomo. Así que vamos al lío.

Conocí a Olga Merino en La forastera, un novelón que me generó la necesidad de seguir de cerca a la autora. Y así llego a Cinco inviernos, editado también por Alfaguara, el diario íntimo de la autora durante su estancia en Moscú como corresponsal en Rusia de El periódico (y luego de La Voz de Asturias). Una estancia que se inicia en 1992 en los convulsos años postsoviéticos y en los que la autora va tomando nota de todo lo que hace, lee, escucha, ve, conoce y analiza. Esas notas las relee en la actualidad y da forma a este texto. El resultado es un diario íntimo que recoge algunas pinceladas de la cultura rusa acomodando las citas a su experiencia en el país, al tiempo que plasma sus preocupaciones profesionales como periodista (“Yo no soy periodista de raza; no siento la profesión del periodismo inoculada en el tuétano, como me sucede con la escritura”) y, sobre todo, como escritora (“quizá la tragedia reside en tener más vocación que talento”), y de fondo hay una relación intermitente con un ruso fugaz. En el diario hay muchas dudas y su relectura a veces las acrecienta, “Mi Moscú ya no existe. Entonces, ¿qué puñetas estoy reescribiendo? Un acta de defunción, una autopsia, también de mi propia juventud. De las ilusiones. De las posibilidades infinitas”.

Da la sensación de que Olga Merino se desnuda en su diario y quizá sea solo un espejismo para el lector, un truco de magia de una hábil autora nos engaña. Pero no pasa nada, funciona bien. Si el lector ha tenido alguna experiencia similar como llegar a un país con una cultura y un idioma diferente, se sentirá perfectamente identificado con Merino. Lo que le pasa a Merino no es nada especial. Aquí cabe Cowboys de la A3, otra canción de Arde Bogotá que podría ser la respuesta de Merino a mi atrevida acusación, “y no me importa si es mentira todo, lo que vivimos nadie nos lo va a quitar”. Simplemente ella lo sabe contar y lo nutre magistralmente de referencias literarias como virutas de chocolate inesperadas que endulzan la lectura. Hay más Tolstoi que Dostoievski, están Pushkin, Gogol, Pasternak y Chéjov, pero también hay espacio para Capote, Yeats (me quedo con un verso que no conocía) y mucho Vila-Matas. Es gratificante encontrar hermanas de los mismos padres literarios.

No he leído muchos diarios, ciertamente huyo de ellos, y no sé si este diario aporta algo novedoso o interesante al género. Pero tengo claro que es un texto lleno de intención, intuición, intensidad e inteligencia. Una oportunidad para conocer la vida errante del corresponsal, del extranjero en todas partes, del joven atrevido que se lanza al vacío, de una amante de la literatura que escribe crónicas para ganarse la vida y que busca su espacio propio, su estilo, su razón de ser y de estar en el mundo. Y eso lo convierte en un texto al que acercarse. No dejéis de leer a Olga Merino, es de esas autoras a las que regresarás cuando no sepas qué leer.

¡Nos vemos en la próxima reseña!

2 comentarios sobre “Reseña de Cinco inviernos de Olga Merino

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  1. Hola, quizá desde que subiste esta reseña anoté en mi lista Cinco inviernos. Recién la termino de leer y encontré muchas cosas que me gustaron. Sobre todo cuando la autora habla de los autores rusos, cómo conecta pasajes de su vida con la literatura; esos aportes fueron los que más disfruté. Cuando habla sobre ella misma sentí que su voz narrativa era indiferente, quizá fría y distante, pero cuando escribe sobre otros autores lo disfruté inmensamente. Me llevo muchas lecturas pendientes y mucho gusto por el paisaje histórico que retrata la autora.

    Saludos

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