Un divertido experimento literario del que somos participantes cautivos
Dejarme aconsejar y que el resultado sea un libro tan diferente como el que os traigo y de paso descubrir a un autor al que seguro que volveré para dejarme sorprender con sus propuestas literarias, es una sensación muy gratificante. Y esto me ha pasado con la novela que os traigo hoy: Una oportunidad, del argentino Pablo Katchadjian, editado por Sexto Piso. La recomendación partió de Tipos Infames y desde aquí quisiera darles las gracias por ello, aunque como veréis en esta reseña el resultado no haya sido plenamente satisfactorio, pero esto no es culpa de los infames, sino del autor que ha jugado conmigo sin que yo le diese permiso, y eso me gusta y me disgusta al mismo tiempo.
Una oportunidad es la historia de un hombre embrujado -cuando quiere hacer ciertas cosas el embrujo se lo impide- que quiere salvar al resto de la humanidad de los efectos de cualquier hechizo. Esta supuesta imposibilidad hacia la acción, el autor la convierte en “un alegato en contra de las elecciones. Elegir es una condena. Ojalá en la vida pudiéramos elegir sin elegir. Que las cosas surgieran solas. Esta decisión no es para nada fruto de la irresponsabilidad. Simplemente, creo que la vida sería más fácil así. Y, como decía antes, primo ante todas las cosas permanecer en mi zona de confort, igual que también lo hace mi protagonista”. En una entrevista en La Vanguardia Katchadjian reconoce que “es algo que me ocurrió a mí. Un buen día me pregunté si lo que estaba viviendo era real y si alguien estaba controlando con unos hilos mis movimientos y pensamientos. Llegué incluso a disponer del teléfono de unas brujas pero nunca las llamé. En lugar de eso, mi terapia fue escribir este libro”. Mientras busca solución a su hechizo, el protagonista ama a mujeres, bebe vino, investiga a brujas, ejerce de reportero de guerra y se anima a emprender un negocio de restauración bautizado, ¡oh casualidad!, Una oportunidad. Para intentar salir del hechizo, el protagonista decide escribir un libro en el que cuente su problema, sin embargo, en principio, el propio hechizo se lo impide. La propuesta de texto es una pequeña trampa al lector que cae en la fantasía del autor, “creo que mi fantasía es que quien lee se maree y así se revele la posibilidad de que un texto le guste pero no por el texto sino por otra cosa (…) que le interese lo que el texto puede sugerir (…) no quiero agarrarme de nada cuando escribo porque quiero escribir abandonado, y no quiero que los lectores se agarren a nada, porque quiero que se abandonen como yo me abandono. Quiero que estemos todos flotando”, y ciertamente lo consigue. Ese leer flotando en algunos pasajes es mareante y dilatado para nada, pero supongo que forma parte del experimento literario del que somos participantes cautivos.
Entre los críticos no hay unanimidad sobre esta novela. A Carlos Zanón no le convenció, dejó escrito que se trataba de un texto “a ratos entretenido, a ratos ladrillo y, a ratos, un divertimento que solo parece entretener a quien organiza y reparte el juego, el autor, quizás embrujado, o el lector a quien le ha contagiado éste su egregor o siete ángeles de un nuevo embrujo. En la vanguardia todo es posible”. Sin embargo, Nadal Suau respalda la obra, “como de costumbre en el autor, Una oportunidad (libro divertidísimo, quizás de los mejores suyos) lo problematiza todo y aun así avanza. Avanza, creo, por la misma razón que lo hace la vida: porque, pese a todo, lo material existe. Nada lo explica, sintetiza ni captura por completo, y sin embargo ocurre y queremos traducirlo en lenguaje. (…) No sé a ustedes, pero a mí el resultado me hace reír, me despierta una enorme complicidad, y me reconforta en mi particular desorientación”. A mí, sin ser yo crítico de nada, me ha resultado divertida y a ratos anodina por la misma razón, por lo experimental. Disfruto de las propuestas originales (pronto os traeré otra que me ha gustado más que esta) y solo por esa frescura que esparcen por las estanterías ya merecen la pena ser leídas, acumuladas y revisitadas de vez en cuando.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
Deja una respuesta