Qué poco necesita Dosantos para brillar con luz propia
Últimamente os traigo títulos de autores cercanos. El otro día era Kike Gómez y La perla se convirtió en muro y hoy es Marcos Dosantos y su Cuadernos del Subtrópico Norte editado por Ediciones El drago. No los compartiría con vosotros si no fuesen textos que realmente merecen la pena; este blog está lejos de ser un escaparate para amigos, ante todo es un blog de literatura y todo lo que aquí aparece merece ese reconocimiento.
Cuadernos del Subtrópico Norte es un libro de relatos a través de los cuales Dosantos nos dibuja el mapa de emociones y recuerdos que nacen de la periferia y crecen entre las rocas volcánicas del archipiélago canario. Un ejercicio de reivindicación de lo sub que acaba tomando el protagonismo que una sociedad rancia y patriarcal les ha negado al colectivo LGTBI y a las mujeres. Dosantos no necesita muchas páginas para bordar emociones, rincones del alma que normalmente quedan ensombrecidos y acercanos a personajes que no podremos olvidar como Paula Centauri, la azafata de Binter o la maravillosa Victoria. Este último un personaje que, a pesar de que su historia es previsible, atrapa y es difícil no congeniar con ella; su carta de despedida es tan triste como seguramente realista la situación que describe.
Dosantos saca partido a su historia, a sus vivencias personales, como su Orotava natal o la estancia en Berlín y los utiliza brillantemente. Sin abusar de excesos retóricos (sobre los que pide perdón nada más terminar el libro) consigue textos muy pulidos, con tramas bien definidas y sobre todo con mensajes muy claros para el lector. Por no recurrir a los premiados Agustín murió difrazado, A cambio de chocolate o el poema Amazigh, me gustaría que no dejaseis pasar los divertidísimos capítulos Expiación y Elogio del aguacate. Dosantos consigue algo fundamental y característico de los buenos escritores: que te quedes con ganas de más. El epílogo de Daniela Vega tiene una estrofa maravillosa sobre el libro que, para mí, lo resume estupendamente, “cargada de misterio su palabra, describiendo sus personajes a la intemperie, exponiendo sus cuerpos a la vista de quien quiera mirar, como bordados en el magma de la isla que escupe su verdad, el verbo se hace agua en la pluma del autor”.
Tenía pocas dudas de la capacidad de Marcos Dosantos para escribir un libro que dejase huella. Si conocéis a Marcos sabréis que es una persona comprometida, inteligente, divertidísima y con una gran capacidad analítica e interpretativa de la realidad. Si no lo conocéis, creo que en este libro hay trocitos de él que quizá no identifiquéis pero que son las lentejuelas de este traje literario tan poderoso. Este libro tenía las espaldas a salvo antes de saltar al vacío con buenos padrinos y madrinas (generosísimo el prólogo de Juan Cruz y sentidas las palabras de Carla Antonelli), pero Dosantos no necesitaba a nadie. Cuadernos del Subtrópico Norte se defiende solo porque el autor ha sabido convertir en literatura las amarguras y las cadenas (solo a veces invisibles) de aquellos que habitan en las periferias donde el regusto amargo de la realidad marida a las mil maravillas con un ron miel y una canción de Britney Spears. No os perdáis a Dosantos, ha venido desde la Cuesta Moyano para quedarse entre nosotros (y pronto compartir estantería con Andreu y otros). Desde aquí, querido amigo, te pido ya una novela y un libro de poemas.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
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