Reseña de Sed de champán de Montero Glez

Un thriller castizo y embaucador sobre el Madrid cañí de los noventa

No recuerdo cómo llego a este libro, pero desde luego ahora será una constante en mis recomendaciones. Tiene todos los ingredientes de una novela diferente, drogas, calles de Madrid, léxico transgresor, iconografía gitana y pop de los noventa, tintes negros, olor a tabaco, sudor y semen de chabola, filosofía de barrio y rancio poderío taurino, todo esto brilla en Sed de champán de Montero Glez que ahora reedita Planeta en Temas de hoy.

Sed de champán es la historia del Charolito un gitano robacoches, bribón, astuto y galán a tiempo completo, “un hijo de la otra orilla; crianza de negra cuna y linaje confuso; pellejo delator y un paso endiablado, el suyo, que repiquetea en las calles aun calientes por culpa del último sol de la tarde”. Narrada con un ritmo desasosegante por un testigo de los hechos, el entramado será un tejido de encuentros y desencuentros, chivatazos y traiciones, delincuencia y prostitución en los bajos y altos fondos de un Madrid envilecido y vibrante de nocturnidad, drogas, humo, alcohol y sexo, del que Charolito no podrá librarse como si se tratase de un héroe griego ante el destino. Así, dará con un antiguo amor que fue su perdición y se encontrará con una futura pasión que será su condena. Se enredará entre los negocios de mafiosos de baja monta, procurándose la venganza del narco argentino Flaco Pimienta y sus gandules matones. Charolito enfrentará su destino armado con una navaja suiza porque “las pistolas hacen mucho ruido”. Ese Madrid envilecido, ese Madrid de los fondos de las tabernas, de las calles mal iluminadas donde todo y todos son posibles, ese Madriz brilla con luz propia de lentejuela y rosa mordida entre los dientes en los sanisidros. Resuenan ecos de locales, hoteles y ambientes que ya no existen, pero que perviven en el espíritu de sus calles. Apetece pasear Madrid después de leer a Montero Glez y recorrerlo con su mirada.

La novela, como buen gitano, te embauca, te conquista, te atrapa en sus encantos y no te suelta. El inicio es de esos que no se olvidan y que sitúa perfectamente al lector en lo que le viene encima, atentos: “El Charolito solo se fiaba de su polla. Era lo único en el mundo que jamás le daría por el culo”. Ya estás dentro. Ya no puedes parar de leer. Por sacarle un “pero”: le sobran digresiones, a veces es fácil perder el hilo si no consigues leer mucho tiempo seguido. De esta novela se han dicho cosas como que se encuentra en la tradición de Valle – Inclán y Cela o que se trata de un cruce estrafalario entre Lorca y Tarantino. Jesús Nieto en El Cultural, “Montero Glez dio en Sed de champán con la matemática mágica de una novela inclasificable: aliento lorquiano y fondo negrísimo. Catalogada de novela maldita, la propia intrahistoria del libro y sus vicisitudes nos dan ya la mitología de los márgenes en la que el autor mueve sus mejores metáforas”. No os perdáis una oportunidad como la que nos brinda Temas de hoy al reeditar esta pequeña joya de la literatura española y madrileña, tan fresca y divertida por su propuesta como densa y cargada por su ambientación. Una buena ocasión para leer algo diferente.

¡Nos vemos en la próxima reseña!

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