«Volvió con un trozo de cristal verde escondido en el puño. Creo que era un pedazo de una botella de Heineken estallada contra el suelo. No digo que pareciera una esmeralda ni nada de eso, pero era especial. Me dijo: Así eres tú. Brillante. ¿Brillante como una botella rota?, protesté. Y entonces Ricardo dijo: Este cristal precioso era el envoltorio de una cerveza. Hasta que se cayó en esta mugre y se rompió en mil pedazos. Ahora ya no forma parte de algo aburrido y completo. Ahora es mejor. Es capaz de reflejar otras cosas y brilla por sí solo. Y yo le pregunté: ¿Así que te parezco brillante?
– ¿Y qué te contestó? – pregunta mi padre expectante, como un niño reclamando que el cuento no se pare.
– Ricardo dijo: Tú brillas porque estás rota».
Me ha gustado. Tiene momentos muy lúcidos y algunas reflexiones de los personajes bastante duras pero muy ciertas («Si Clara y tú sois lo único realmente importante en mi vida, entonces es que no tengo nada realmente importante que ofreceros«). Fácil de leer, amena, entretenida. Personalmente, lo que más me ha hecho pensar es la metáfora de las cosas que brillan cuando están rotas. Bien. Recomendable.
Gracias @nurialabari y @circulodetiza por compartir esta novela con todos vuestros (sí, ya somos «vuestros») lectores.
Deja una respuesta