Reseña de Heredarás la tierra de Jane Smiley

Una reivindicación feminista y anticapitalista de la tragedia shakesperiana

Hace cuatro años dije que haber pasado dos años sin leer a Smiley era mucho tiempo. Los libros marcan caminos caprichosos que nos acercan y alejan de temáticas, autores y libros sin darnos cuenta. Estamos a merced de la voluntad de las musas que nos inspiran al acercarnos a la estantería de libros pendientes. Sin embargo, esas deidades se preocupan porque tampoco nos alejemos demasiado de la buena literatura. Por eso hoy os traigo Heredarás la tierra de Jane Smiley editado por Sexto Piso, publicado originalmente en 1993. Smiley ganó el Pulitzer con esta novela que a base de pegarse a la realidad y el status quo incómodo y pegajoso de la sociedad americana, consigue despegarnos a los lectores de nuestra realidad y acercarnos a la veracidad que esconde la mentira de la ficción. Una vez más, Vargas Llosa tenía razón. Vayamos al lío.

Heredarás la tierra cuenta la historia de la familia Cook, dirigida con puño de hierro por Larry Cook, un terrateniente que domina rígidamente sus tierras y también a sus tres hijas, ya mayores y hasta casadas, pero siempre al servicio de las órdenes del patriarca. Todos se sorprenden cuando, en mitad de una celebración con vecinos y familiares, comunica la cesión inmediata de la propiedad a sus hijas. Las tres herederas reaccionan de forma muy distinta al anuncio del padre, movidas por sus diferentes personalidades y circunstancias: Ginny es una mujer llena de buenas intenciones, si bien frustrada por su infertilidad; Rose lucha por recuperar su fortaleza tras someterse a un duro tratamiento médico; y Caroline ejerce como abogada en la ciudad, ajena al día a día de la granja. Cuando esta última muestra reticencias ante la rara iniciativa de su padre y la complacencia de sus hermanas, Larry responde excluyéndola tajantemente de la herencia. Este violento arranque no es sino el primer indicio de un comportamiento cada día más indescifrable por parte del patriarca, cuyo historial de arbitrariedad y manipulación comienza a recrudecerse, lo que da lugar a una transformación de las relaciones de las hermanas con su padre y entre ellas mismas.

La conexión de la novela de Smiley con la tragedia de Shakespeare es muy evidente. La propia Smiley reconoce en una entrevista que su interés radicaba en dar voz a las hijas del rey, y convirtió a Gonerilda, Regania y Cordelia, en Ginny, Rose y Caroline [nótese la inicial de cada nombre como un guiño a esa herencia literaria]: “Siempre me había preguntado qué dirían si pudieran hablar”. Y la voz más interesante de todas es la de la narradora, la buena de Ginny. Smiley describió a Ginny como “ese tipo de persona que no suele expresar sus opiniones, pero, como pasa con mucha gente, es sensible y atenta con los demás. Además, es muy consciente de todo lo que le pasa a su cuerpo y mente. Esto es lo que la hace una buena narradora, observa mucho a los demás, pero también a sí misma, por lo que sabe decir a los lectores qué siente cuando experimenta todo lo que vive”. La inocencia y la bondad de Ginny iluminan la novela, encandilan al lector y terminan por recompensar al inconformista y feminista que todos deberíamos tener dentro. Seguramente Smiley en su relectura de Shakespeare también quiso escribir un alegato feminista a Lear, y lo consigue. Pero no pierde la mirada comprometida y social, no es una revancha desde la trinchera, es una mirada realista y comprometida de la vida en el campo. Después de todo, Smiley también consigue conquistar otro terreno, el de la importancia de lo humano frente a la especulación y la acumulación capitalista. La conclusión a la que llega Ginny al final de la novela es el punto más explícito de esta mirada de la novela: “he heredado a Pam y a Linda (…) Cada una de las personas que ya no están me ha dejado algo, y que siento esa herencia cuando me acuerdo de ellas”. Y por darle un sentido un poco más pop y desenfadado, cuando terminé la novela me acordé de estos versos de Rayden: “sabiendo que la ausencia que deja dolorido es la mejor herencia que te deja un ser querido, y aunque te hayas ido no me daré por vencido porque el mejor ganador convive con lo que ha perdido”. Creo que resumen perfectamente el sentido más profundo del libro. Lo material no importa, heredamos formas, comportamientos, gustos, virtudes y defectos… heredamos personas.

La cantidad de capas que componen la novela no hacen más que enriquecer la lectura. Terminarás el libro y seguirás leyéndolo unos días, dando vueltas no tanto a la trama como a lo que Smiley ha querido sembrar en los lectores. Y esa es la mejor literatura, la literatura a la que siempre hay que volver, aunque estemos a merced de las musas.

¡Nos vemos en la próxima reseña!

2 comentarios sobre “Reseña de Heredarás la tierra de Jane Smiley

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  1. Jo, me encantan tus reseñas y todo lo que lees. Me siento tan frustrada de nunca poder llegar a leer nada creo de lo que has recomendado desde que empecé a leer tu blog. Es como terminar el último capítulo del café de Mendel, y sentir la frustración de tantos libros que seguro me gustarían una barbaridad y que incluso algunos los tengo, y llevar desde julio con solo tres, La Regenta que ya terminé, “I who have never known men” que encontré en inglés, y Solenoide que compré en el verano. Llevo desde Mayo vendiendo la casa y con muchas cosas entre manos pero ya voy de salida y tengo muchas ganas de volver a aparecer por aquí escribiendo. Porque el blog siempre le pega un buen empuje a mis ánimos lectores.

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    1. Bueno, es que vaya pedazo de tochos estás leyendo! Son libros muy largos! Y tampoco pasa nada por leer menos. Yo me compré una casa también este año con reforma incluida y es casi imposible sacar tiempo para leer. Te entiendo perfectamente. Mucho ánimo y paciencia para leer! Y gracias por pasarte por aquí ☺️

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