Comentario de Trapos sucios de David Lodge

Una novelita sencilla y teatralizada sobre la fragilidad de las relaciones

Llegué a David Lodge a través de las novelas de campus, un género al que le dedico bastantes horas de lectura; de hecho, aún tengo pendientes algunas de Lodge, pero ahora os traigo una novelita corta pero intensa, Trapos sucios, publicada originalmente en 1999 y editada por Anagrama en 2001. Supongo que, como casi toda la obra de David Lodge, estará descatalogada. Yo la encontré en Arrebato Libros, una librería de segunda mano en Malasaña (Madrid).

El protagonista de la novela, Adrian Ludlow, fue un novelista distinguido (uno de sus libros figura en el plan de estudios de la enseñanza media) que se ha ido a vivir al campo con su mujer, en una casa alejada del centro londinense. Su amigo de la universidad, Sam Sharp, que se ha convertido en un novelista de éxito, le visita de camino a Los Ángeles, enfurecido a causa de una malévola entrevista que le ha hecho Fanny Tarrant, miembro de la nueva y temible generación de reporteros agresivos. Los dos amigos deciden vengarse de Fanny, aunque en este empeño Adrian Ludlow arriesga precisamente lo que más aprecia: su intimidad.

La novela se escribió originalmente como una obra de teatro, en cuatro actos/capítulos, que se representó en 1998 en Birmingham. Ciertamente, la agilidad en los diálogos y los movimientos de los personajes, así como los cambios de escenario, son dinámicos y aligeran la lectura. Es una novelita sencilla, con cierta profundidad en la trama, pero sin grandes alardes narrativos ni dramáticos. Una experiencia sencilla y liviana. Una lectura amable para el verano.

¡Nos vemos en la próxima reseña!