Reseña de Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sabato

La considerada mejor novela argentina del siglo XX me acogió en Buenos Aires

No fue fácil elegir cuál sería el libro que me acompañaría a Argentina. Tuve muchos candidatos y finalmente decidí que sería Ernesto Sabato quien me recibiera en Buenos Aires. Empecé Sobre héroes y tumbas, publicada en 1961 y en España editada por Seix Barral, en Barajas y lo termino en mi nuevo departamento recién asentado en esta maravillosa ciudad. Como señala Liliana Bellone en Página 12, “publicada un par de años antes que Rayuela (1963) de Julio Cortázar y seis antes que Cien años de soledad (1967), Sobre héroes y tumbas forma parte de esa constelación de novelas latinoamericanas que constituyeron la piedra basal de un modelo de contar la realidad de nuestros países, a través de una inusitada mirada que combina los sueños, lo diurno, lo nocturno, la fantasía y la historia”. A esta triada de alta literatura que destaca Bellone, yo le añadiría El obsceno pájaro de la noche, de José Donoso, para mí una de las mejores novelas que he leído. Pero vayamos al lío. Creo que acerté. Sabato es un buen anfitrión. Más que Sabato, el anfitrión es Martín, el estoico y melancólico protagonista de esta novela.

Sobre héroes y tumbas es una novela compleja. Maneja varios hilos argumentales, algunos separados temporalmente por siglos. Tiene como centro la relación entre Alejandra Vidal, la última heredera de una familia decadente y Martín, un adolescente perdidamente enamorado de ella. Toda la historia se desarrolla a través de una conversación entre Martín y su amigo Bruno [mi personaje favorito] muchos años después del suicidio de Alejandra, que marcó su vida en forma definitiva, y que se va esclareciendo conforme se avanza en el diálogo. Al tiempo que se repasa la historia familiar de los Vidal Olmos, la novela lleva al lector a una especie de descenso al infierno, desde el círculo más leve hasta el más profundo que desemboca en el célebre capítulo Informe sobre ciegos, escrito por Fernando Vidal (padre de Alejandra). Este capítulo ha sido considerado la parte más notable de la novela. Es casi una novela dentro de la novela, y, de hecho, puede leerse de forma independiente (la he visto editada por separado en alguna librería, y hay incluso una versión cinematográfica del hijo de Sabato). Se trata de una historia absolutamente imaginativa, terrorífica, absorbente y sorprendente, en la que Sabato deja traslucir una profunda crítica a la sociedad y a las élites de su tiempo.

Personalmente he disfrutado mucho de la lectura. Estar en Buenos Aires mientras la leía ha sido increíble. Conocer las calles, las plazas, los cafés, ubicarme en el tiempo y el espacio de la novela, me ha permitido exprimirla del todo. Los pasajes bélicos maravillosamente tratados por Sabato complementan y dan sentido a la novela y me han permitido conocer a los protagonistas de la Historia del país que dan nombre a grandes avenidas y paradas del Subte. Y en un plano más profundo, el tratamiento del amor, la melancolía, la angustia, la desesperanza, el dolor, las ausencias, el olvido, las obsesiones, el fracaso, incluso la muerte… están muy bien abordadas por el autor. No sobra ninguna página de las casi quinientas que tiene. Todo está perfectamente hilado y obliga al lector a mantener la atención sobre la trama (solo al final entiendes la Noticia preliminar que abre la novela). También el cierre, el viaje de Martín con su amigo camionero hacia el Sur, contraponiendo la huida del ejército de Lacalle hacia Bolivia, queriendo abrir esa esperanza hacia el futuro del trabajo y las nuevas generaciones que marca la Patagonia. Son oportunos incluso los momentos en los que el autor deja volar su imaginación e introduce metáforas o alegorías que insinúan un significado pero que no lo sentencian.

Sobre héroes y tumbas es frecuentemente considerada como una novela total, con rasgos de surrealismo inusitados en la literatura latinoamericana (especialmente el «Informe sobre ciegos»). Buena parte de su trama puede insertarse también en la tradición de la bildungsroman de la que se cuentan varios ejemplos en la literatura alemana. Por otro lado, la descripción de una familia retratada a través de un largo lapso temporal con tintes decadentes emparenta temáticamente esta novela con las ficciones de Faulkner y García Márquez. Así que, sí, estoy de acuerdo con quienes consideran que Sobre héroes y tumbas es la novela argentina más importante de todo el siglo XX. Un antes y un después en el que la voz única de Ernesto Sabato genera una historia amplia, profunda, y con muchas lecturas. Empecemos por descubrir las primeras capas, ya tendremos tiempo de volver a ella y seguir profundizando. Algo que solo pasa con los mejores libros.

¡Nos vemos en la próxima reseña!

P.S. La foto del libro está tomada en el Parque Lezama, donde empieza la novela. Martín está sentado en un banco de este parque mirando la estatua de Ceres, cuando aparece Alejandra. Esta estatua ya no está en el parque, sino que se conserva en la casa museo de Ernesto Sabato.

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