Una de gánsters, al más puro estilo Puzo

«- Has traído muchos pecados a este mundo, Joseph. A lo mejor la marea te los está devolviendo. A lo mejor, los hombres como nosotros, para poder ser hombres como nosotros, sacrificamos la paz mental para siempre.
– A lo mejor sí -concedió Joe-. Es una teoría que estoy dispuesto a plantearme durante mis ratos de ocio el mes que viene, si es que sigo vivo».

Busca 48 horas vacías y llénalas con este libro. Sumérgete en la América de los gánsters de los años 40, en el día a día de los tipos duros, en las encrucijadas éticas de los márgenes de la ley. Es una puta pasada. Yo no he leído a Puzo, pero he visto varias veces las tres de El Padrino, y Dennis Lehane te transporta perfectamente a esos ambientes. Humo, sombreros, revólveres, coches de época, mujeres despampanentes, guardaespaldas malotes, jefes sin escrúpulos, calles que dominar, amigos de la infancia, socios de conveniencia, sangre, mucha sangre. Brillante. Y en todo este mundo de gánsters sin más principios que el de su propia supervivencia, Lehane dibuja una relación padre – hijo llena de amor. Qué pasada.

Leedla, lo vais a pasar genial y vas a acabar el libro deseando descruzar las piernas, colocando el tabaco a golpes contra el Zippo y poniéndote de pie mientras subes los cuellos de la gabardina y te vistes un sombrero al más puro estilo Michael Corleone, o en este caso, Joe Coughlin.