«Estoy en la cama, comiendo Häagen – Dazs de Cookies & Cream y escuchando Blink-182. Son las dos de la mañana y mi plan consiste en seguir comiendo hasta que me dé un paro cardíaco repentino y entre en coma. Cuando me despierte, Macy será libre y la Antártida habrá desaparecido».
Tengo dudas de si Ben Brooks es un puto genio o un puto loco. Seguramente no exista el uno sin el otro. Ya me pasó con ‘Hurra’, me dio pereza y mucho asco seguir la vida de sus personajes. Son seres nauseabundos, que se han dejado llevar por el tedio de unas rutinas sin alicientes, sin metas, sin más objetivos que los de sobrevivir. Pero a la vez, viven sus miserias intensamente. Son personajes con un sentido del humor muy fino, incluso con un buen manejo de la ironía. Están destrozados por dentro, y por fuera. Antisociales, marginados, inadaptados, pero sobre todo incomprendidos. La vida se lo ha puesto muy difícil y ahora pretenden que ellos sean personas afables y que no beban té con Nesquik de fresa…claro!
Al final las historias de Brooks calan, y acabas los libros con una sensación agradable, aunque muchas veces no haya cambiado nada en la vida de sus personajes. Pero la historia termina, tiene un final, quizás solo sea una etapa más en sus desdichadas vidas, pero al lector le sirve. Nos deja buen sabor de boca. Así que algo tiene Ben Brooks de genio, y no hay duda de que algo tiene también de puto loco.
Leer es vivir dos veces 
Deja una respuesta