«Me levanto y me dirijo hacia la puerta. Saskia se levanta también. Me pone las manos en los hombros y aprieta hasta que me paro.
– Las únicas dos opciones no son huir o perdonar. A veces las cosas son difíciles pero las haces porque hay algo mejor esperando al otro lado. Si no hiciéramos lo difícil, nadie saldría de la cama.
– Quedarse en la cama no está tan mal.
– Quizá no. Pero quedarse en la cama solo, sí.
Hurra por Saskia, reveladora de verdades y poseedora de los ojos más amables.
– ¿Entonces?
– Entonces, te vas a quedar aquí mientras te grito. Te voy a decir lo que has hecho mal y el daño que me has hecho y después ya veremos si todavía te quieres casar conmigo».
Terminé #Hurra con sensaciones encontradas. Es una novela intensa y divertida que solo es interesante en la cabeza del protagonista. Los escenarios me recuerdan permanentemente a Trainspotting y las descripciones de vómitos y cacas descompuestas me sobran. Aun así, merece la pena por momentos como el que rescato arriba de este post.
Deja una respuesta