Reseña de Un mes con Montalbano de Andrea Camilleri

El verano es tiempo de montalbanos

La llegada del verano invita a novelas entretenidas, divertidas, con estructuras amables y, por supuesto, bien escritas. Estos ingredientes son relativamente sencillos de encontrar (quizás el último sea el más restrictivo), tenéis mucha oferta literaria en este sentido, pero yo insisto en una recomendación: el Comisario Montalbano. En este blog, cada cierto tiempo, reseñamos una obra de la colección de Andrea Camilleri y su archiconocido inspector de policía. Hoy os traigo una de las más emblemáticas, Un mes con Montalbano, publicada originalmente en 1998 en Italia. La edición que he leído forma parte de una colección que sacó Salamandra hace unos años con portadas del ilustrador Riki Blanco @rikiblanco (espero que Salamandra no retire esta colección, me haría una faena muy importante porque los voy comprando de poco en poco). Un mes con Montalbano es una buena muestra del talento de Camilleri y Manuel Vázquez Montalbán en el Prólogo, lo considera “una magnífica entrada” en el particular universo de su héroe. Cuenta el autor catalán que Camilleri justificó la escritura de este volumen por la intención de “ofrecer una galería de la mentalidad siciliana y por el propósito de entretener al comisario Montalbano mediante treinta pedazos de apetitosa carne (…) La resultante es un muestrario de todas las pinceladas que componen el efecto Montalbano y una magnífica manera de abrir boca para las restantes novelas de Camilleri”.

Esta quinta entrega de la serie consta de treinta casos que el comisario Montalbano debe resolver -a episodio por día del mes-, cada uno de los cuales nos revela una faceta diferente de este policía tan peculiar. La mayoría de ellos están ambientados en Vigàta, pueblo inventado por Camilleri e inspirado en Porto Empedocle (Sicilia). El abanico de delitos que abarca esta aventura es amplio. Premeditados, pasionales, financieros, mafiosos, políticos, y han sido cometidos por todo tipo de sujetos, jóvenes o adultos, hombres o mujeres, ignorantes o cultos. Algunos ocurrieron al inicio de su carrera, cuando Salvo aún creía en el poder de la justicia por encima de todo, otros demuestran que, en ocasiones, la inteligencia humana no es suficiente para comprender los móviles de un crimen. Una fina ironía y, sorprendentemente, una gran capacidad de compasión, pueden ser igual de importantes para llegar a la verdad. Cada uno de esos casos pone a prueba la sagacidad psicológica y deductiva del comisario y amplía nuestro imaginario sobre él, de forma que en cada caso conocemos o profundizamos en alguna de sus virtudes o defectos. Ya conocemos a Salvo Montalbano: un hombre de mediana edad, melancólico y algo fatalista, pero sobre todo dotado de amplias facultades de expresión verbal. Soltero, con una novia (Livia) que vive en Génova y a quien ve muy de vez en cuando, es un lector entusiasta de Sciascia y Bufalino, aprecia la buena cocina siciliana y disfruta de los suculentos platos que le prepara Adelina, su vieja cocinera.

Quedarnos en la capa más superficial del entretenimiento de estos casos es una forma de leerlos. Pero hay una capa más, una capa que Vázquez Montalbán considera reservada para los lectores más avezados y que se compone de veladas referencias cultas “que actúan como los jeroglíficos egipcios en los poemas de Pound”. Buscar e identificar estas referencias es un juego y cuando das con alguna se te dibuja una sonrisa que es a la vez satisfacción por encontrarla y reflejo de la ironía y el sentido del humor con el que suelen estar aplicadas.

En definitiva, leer a Camilleri y a Montalbano es una forma maravillosa de pasar un verano o de alternar dos novelas más sesudas (mis acuñados “libros sorbete”).

¡Nos vemos en la próxima reseña!

6 comentarios sobre “Reseña de Un mes con Montalbano de Andrea Camilleri

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  1. Muy buena pinta, había escuchado muy buenas cosas en un podcast llamado El Anaquel. Qué edición de lujo, espero que puedas seguir leyendo estos títulos, esas capas que son un reto al lector deben ser tan fascinantes de descubrir o descifrar como cuentas. Me quedo la referencia.

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      1. Gracias por preguntarme. Con una amiga online americana compañera de lectura, me animé y leímos en Mayo La edad de la inocencia de Edith Wharton, ell por segunda vez yo por primera vez, y me fascinó. Seguí con dos lecturas cortas, Helena o el mar de verano, una belleza, y Los amores difíciles de Calvino que hice un taller con Jose Carlos Rodrigo Breto, y ahora mi amiga y yo estamos leyendo La Regenta y me está alucinando. Menudo libro que no puedo parar de leer, es como mudarme a Vetusta y meterme dentro de las casas y las mentes de todos los habitantes.
        No he podido bloguear, pero espero pronto ponerme al día. Es el cuarto y final libro icónico que yo sepa del adulterio: Madame Bovary, Anna Karenina, Fortunata y Jacinta-de los cuales he salido fascinada por el talento, pero siento que no por ser el ultimo de ellos pero es seriamente el mejor (por desgracia quizás el más olvidado o menos apreciado y traducido)

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      2. Me vas a permitir el comentario frívolo: Vetusta es Oviedo y yo como asturiano me enorgullezco de ese libro. Lo sigo teniendo pendiente, pero lo leeré más pronto que tarde.
        Me alegra ver que estás centrada en alta literatura. Me das un poco de envidia 😅

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      3. Para nada frívolo, muy al contrario, perdona mi desliz-menudo lujo ser asturiano, admiro vuestros paisajes y menuda obra de literatura, cuando te decidas vas a alucinar, te lo aseguro. Me encanta leer tu blog y ver tu Instagram, feliz verano lector y hasta la próxima!

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  2. Estaba escrito que Andrea Camilleri y Petros Márkaris no se cruzarían con sus comisarios al salir del restaurante. Se sentaron en una terraza frente al mar para comentar la propuesta de la agencia debajo de una sombrilla. Café y licor, la pipa del griego, los cigarrillos del italiano, risas. Recuerdos de Manolo. Sus poetas favoritos. Márkaris le achaca debilidad por Pavese, Camilleri por Kavafis. Machado, Cernuda, Gil de Biedma, Eliot. Brindaron y miraron pasar las garotas de la Barceloneta caminho do mar.Sus personajes, Jaritos y Montalbano, acababan de conocerse en el restaurante. Tonia y Moré, ya con hambre, asistieron a la repetición de la ceremonia. Presentación, carta, elección de platos. Los comisarios no encontraron un idioma común y la traductora tuvo que esforzarse. Jaritos pidió arroz con calamares y sobrasada. Montalbano dudó. Hizo a Malik preguntas de tercer grado y se decidió por un suquet de rape y gambas. Moré eligió el plato más caro y blanco del Penedés. Pagaba la agencia, le podía costar una bronca. No parecía intimidado. Tonia se apuntó a unas berenjenas con miel.

    —¿Quién es Pujol?

    https://todoloquesesobrepepecarvalho.blogspot.com/

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