Reseña de La dama boba de Lope de Vega

El poder regenerador del amor en un clásico de la capa y espada

Ya es sábado. Y como cada sábado toca levantarse despacio (si no tienes hijos), hacerte un café y sentarte a leer la reseña de este blog. Hoy os traigo un clásico del teatro español, concretamente de nuestro afamado Siglo de Oro. Hoy os traigo La dama boba, de Lope de Vega, publicado originalmente en 1613 y editado actualmente por Cátedra en una edición de Diego Marín. De estas ediciones lo que más me gusta son los análisis previos, donde el editor -normalmente un erudito en la obra del autor- disecciona con precisión cirujana la obra (no como yo hago con las reseñas que es un desvestir la obra mal y pronto sin romanticismo ninguno). La dama boba no es nuestro primer “lopedevega”, sino que en este blog ya hemos reseñado otras de sus obras, quizás las más conocidas. Aun así, aunque me lea toda su obra, seguiré siendo un iletrado en este género y en este autor. Vamos al lío.

La dama boba cuenta la historia de dos hermanas (Finea y Nise) a las que pretenden unos caballeros. Nise es una mujer inteligente, erudita y refinada, mientras que Finea es todo lo contrario (de ahí el título de la obra, ella es “la dama boba”). Y aquí está el quid de la obra, como a través del amor, Finea dejará de ser la dama boba y vivirá el despertar de su inteligencia y su refinamiento. Finea, en palabras del editor, “ilustra la tesis del poder regenerador del amor al transformarse en mujer inteligente que sabe ingeniárselas para sortear cuantos obstáculos se oponen a sus deseos amorosos”, es la visión neoplatónica del amor donde se entiende como una virtud que ayuda a perfeccionar el espíritu, infundir sabiduría y avivar el entendimiento. Hay dos escenas hacia la mitad de la obra (versos 2063 y 2089) donde se explicita la tesis de la obra; en ellas Finea exclama “A pura imaginación/ de la fuerza de un deseo,/en los palacios me veo/ de la divina razón” y “¡Gran fuerza tiene el amor,/ catedrático divino!”. Por el contrario, Nise “perturbada por la pasión amorosa, el aspecto intelectual de su personalidad queda sumergido [a mitad de obra y por los lances de la trama] y no vuelve a aparecer en toda la comedia”. Este viaje de las dos protagonistas hacia sus polos opuestos es lo más interesante de la obra. Y está muy bien trazado, con la ironía y el humor propio de Lope de Vega y su sensibilidad poética y dramatúrgica para los escenarios de la época.

Personalmente, me sigo quedando con El perro del hortelano. La dama boba me ha gustado, por las razones que ya he señalado y por otra más: la sencillez de la trama. Me ha parecido una virtud porque desaparece del imaginario lector al tiempo que mantiene la obra en todo lo alto del género. Sea como fuere, seguiré leyendo a Lope y posiblemente amplíe el foco e invite a mis estanterías a Calderón de la Barca. Os iré contando.

¡Nos vemos en la próxima reseña!

Un comentario sobre “Reseña de La dama boba de Lope de Vega

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  1. Me encanta ver que reivindicas los clásicos. Tengo previsto leer mi siguiente Pardo Bazán, Insolación y La de Bringas de Galdós y me encontré un libro corto de ensayos de Larra que debería leer también. Tomo nota de lo que cuentas sobre Lope de Vega.

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