Reseña de El eco de los disparos de Edurne Portela

El poder de la cultura para sanar heridas y construir presente

En este blog hemos dedicado unas cuantas entradas a la literatura de conflictos armados (el enlace no recoge solo conflictos armados, sino cualquier entrada que contenga la palabra “conflictos”, y por lo tanto es más amplia). Normalmente desde la ficción -porque, a mi juicio, es desde donde mejor se entienden-, pero hoy lo haremos desde un enfoque diferente. Hoy os traigo El eco de los disparos. Cultura y memoria de la violencia, de Edurne Portela, editado por Galaxia Gutenberg y publicado en 2016. De Edurne Portela todavía no he leído nada más, pero es un nombre que suele gravitar alrededor de mis lecturas, así que no tardaré en sentarme con una de sus novelas. De momento os puedo decir que este ensayo era muy necesario y Portela lo resuelve bien (aunque me hubiese gustado saber qué piensa ella del Patria de Aramburu, que se publicó a la vez que el ensayo y era imposible que Portela lo tuviera en cuenta).

El eco de los disparos es un ensayo que nace de la necesidad de la autora de dar forma a sus vivencias personales, unas vivencias en las que la cotidianeidad de la violencia lo impregnaba todo; pero Portela aprovecha su conocimiento científico de la literatura y su bagaje cultural para acercarse al tema desde un enfoque muy interesante, el de la prospectiva, “me propongo explorar qué papel tienen la literatura en particular y la cultura en general para transformar nuestra sensibilidad y hacer de nuestra sociedad una colectividad más cívica, responsable y activamente involucrada en el presente proyecto de paz, sin olvidarnos de cómo hemos llegado hasta este importante momento histórico, y de todos los cadáveres reales y simbólicos que hemos dejado atrás (…) la pregunta de fondo que guía este ensayo es si resulta posible hacer un cambio imaginativo que permita reconstruir los vínculos sociales resquebrajados por la violencia, y si la cultura tiene una función en este proceso”.  Para hablar de sociedad y de cultura, Edurne sitúa la imaginación en el centro del ensayo, “trato de desentrañar las claves de la participación en el “conflicto vasco” de la misma sociedad en el que tiene lugar: cómo nos hemos imaginado en relación al otro; cómo hemos dirimido, a partir del lenguaje creativo, el vivir en constante contacto con la violencia; cómo hemos justificado o desafiado nuestra complicidad y nuestro silencio, y cómo puede contarse ahora esta sociedad herida, fragmentada y todavía polarizada”. Nada más empezar a rascar en el tema, Portela encuentra a la indiferencia como uno de los principales problemas de fondo, y no lo asume, sino que se rebela contra él y se pregunta “¿puede ser la cultura una herramienta para despertar una imaginación ética que cambie el modo en que concebimos al semejante, el modo en que vivimos en esta sociedad, ahora en lenta transición hacia la paz?” y define la imaginación ética como aquella que “busca salir de la simplificación que sirve para sustentar un discurso política y que hace aquello que Milan Kundera decía que debe hacer la literatura: mostrar la complejidad de la realidad”. Y de esa complejidad da testimonio este ensayo.

Organizado en cuatro partes, el ensayo profundiza en aspectos como la imaginación (a la que ya hemos hecho referencia), el silencio (“en una sociedad como la vasca, en la que la mayoría ha guardado silencio ante la violencia, se podría decir que la fuerza con la que el fanatismo se apropia del lenguaje estriba precisamente en que aísla a los “no fanáticos” a mantenerse en silencio”, ), el dolor y las víctimas (de aquí me llevo algunas lecturas que me han parecido muy interesantes) y el presente y el futuro. Sobre este último, Portela plantea un horizonte en forma de deber colectivo “necesitamos ser activos cuando nos enfrentemos con narrativas sobre la violencia, porque leer, ir al cine o ver una exposición de fotografía sobre el conflicto vasco deberían ser actos reflexivos, no una afirmación de principios desde una supuesta moralidad que la mayoría de la sociedad vasca no nos hemos ganado o una forma de pasar página a través de la banalización o la simplificación”. Y al final reconoce una limitación que a mi juicio es muy acertada y yo ya había detectado y comentado en entradas anteriores, “todavía estamos muy lejos de que se produzca un cambio imaginativo real a nivel colectivo que nos permita no tanto “superar” el conflicto, sino conocerlo en sus dimensiones más intrincadas, que son las que tienen que ver con los afectos que nos unen”; y sin ser yo vasco ni haberme dedicado científicamente al tema, si he detectado que quizás la cultura/sociedad vasca todavía no está suficientemente madura para tratar el tema desde allí; otros conflictos, como el irlandés o el balcánico, nos llevan muchas páginas de ventaja.

Sea como fuere, este tipo de ensayos son necesarios. Necesarios para romper el silencio epistémico al que se refiere Portela, necesarios para incorporar trazos a la definición de una sociedad más reflexiva sobre la violencia. La sociedad vasca necesita ser capaz de construir una imaginación ética que remarque las aristas y las complejas derivadas que tienen los conflictos y, posiblemente, este sea el único camino posible para una paz duradera y una convivencia solidaria y que permita el bienestar del pueblo vasco a largo plazo. Y yo, personalmente, recomendaré este ensayo cada vez que pueda y me pongo -desde ahora mismo- una lista de deberes literarios y audiovisuales para seguir profundizando en este género (que no sé si es un género o me lo he inventado yo) de la literatura de los conflictos. Ya sabéis que los que más me gustan son los conflictos internos de los países, porque la perspectiva que realmente me interesa es la social, la de la colectividad, la convivencia y las diferencias en el seno de las sociedades y cómo esas diferencias pueden minar o no los proyectos colectivos. En fin, seguimos en la lucha por un mundo más justo, quizás con menos fronteras mentales y físicas, quizás con más empatía y solidaridad colectiva, quizás más utópico y seguramente más importante. Y la literatura juega un papel fundamental. Así que…

¡Nos vemos en la próxima reseña!

5 comentarios sobre “Reseña de El eco de los disparos de Edurne Portela

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  1. De los que tengo, llevo muuucho tiempo queriendo leer este: https://www.goodreads.com/book/show/133518.The_Things_They_Carried
    Y tu reseña me ha animado a ello.
    Haciendo una búsqueda a ver qué salía, me llamó la atención este: https://www.goodreads.com/book/show/57521549-la-otra-guerra-una-historia-del-cementerio-argentino-en-las-islas-malvi
    Ambos con rankings estupendos en Goodreads (yo me guío por Goodreads en especial si alguien a quien sigo y tiene rankings parecidos aparece)
    Sigo en ello y te voy contando.

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