Reseña de Campesinos y señores de Theodor Kallifatides

Kallifatides no defrauda

En 2022 descubrí a Theodor Kallifatides gracias a Timandra. Y desde entonces no hay año en que no me siente un rato a disfrutar de su obra. En 2023 le tocó a El asedio de Troya y hoy os traigo Campesinos y señores, publicada originalmente en 1973 y editada recientemente por Galaxia Gutenberg en castellano. Esta obra es el inicio de la trilogía que lo lanzó a la fama, y que continuará con El arado y la espada y Una paz cruel. Kallifatides se ha convertido en un autor recurrente para mí. Me siento muy cómodo leyendo sus historias, removiendo mis cimientos de trabajador acomodado y despertando mis incoherencias para mantener mis compromisos ideológicos. Su obra se suele ubicar en su Grecia natal y tiene como telón de fondo el avance de los fascismos (en este caso le toca tanto a Italia como a Alemania) y el sufrimiento del pueblo, de la clase trabajadora y, sobre todo, de las mujeres que suelen ser víctimas recurrentes de todas estas injusticias.

Campesinos y señores se desarrolla en Yalós, un pequeño pueblo al sur del Peloponeso. Primero llegan las tropas de Mussolini, reemplazadas pronto por el ejército nazi, mucho más brutal y cruel. Pero las invasiones apenas aparecen como una tormenta lejana. La mirada del novelista, tierna, compasiva y cargada de un fino y fraternal sentido del humor, se centra en los habitantes de Yalós, que intentan sobrevivir, entre el miedo, el hambre, la aceptación y la resistencia: el cura heterodoxo, el alcalde colaboracionista, el panadero, los campesinos, el maestro socialista, el tonto del pueblo y sobre todo las madres y las abuelas, verdaderas protagonistas de sus libros.

La mirada del autor está comprometida con los olvidados, con las víctimas silenciosas, con los grandes damnificados por las luchas geopolíticas. Kallifatides da voz a los que siguen sufriendo cuando las guerras han terminado, cuando se firman rendiciones o declaraciones de paz, da voz y protagonismo al pueblo llano: “Al pueblo llevan mucho tiempo engañándolo. Ha aprendido a gritar “democracia” cuando debería gritar “comida y ropa”. Ha aprendido a gritar “libertad y justicia” cuando debería volver a gritar “comida y ropa”. Ha aprendido a gritar “trabajo para todos”, como si el trabajo fuera un privilegio. Esta es la doble moral sobre la que se sostiene nuestro mundo”. No desaprovecha la ocasión para lanzar reflexiones en forma de advertencias al lector, porque sus libros –ambientados a mediados del siglo XX– plantean dilemas plenamente vigentes. Quizás el éxito de esa interpelación reside en la naturalidad con la que parece que está escrita la obra; Juan Gaitán sitúa a Kallifatides como “un maestro de la naturalidad narrativa, del arte de contar, una literatura que parece oral”. Son libros para disfrutar porque están bien escritos y porque hay una forma kamikaze de disfrutar que consiste en sufrir con los personajes y sentirse interpelado por sus problemas. Son libros que no se olvidan.

¡Nos vemos en la próxima reseña!

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