Reseña de La llamada de lo salvaje de Jack London

Jack London es de esos autores que sin querer conoces. Digo sin querer porque todos conocemos a Colmillo Blanco aunque no sepamos quién es London. Pero también es de esos autores que se reservan sus mejores galas para lectores más avezados. Los expertos destacan Martin Eden como uno de esos libros fundacionales de la literatura moderna. Hoy os traigo La llamada de lo salvaje, editado por Nórdica e ilustrado por Javier Olivares.

La novela tiene a Buck como protagonista. Buck es un perro que lleva una buena vida en un rancho de California con su amo, el juez Miller, hasta que lo roban y venden para pagar una deuda de juego. Se lo llevan a Alaska y allí pasa a manos de un par de canadienses entregados a la fiebre del oro que lo adiestran como perro de trineo. Ese adiestramiento implica el uso de la violencia y solo a través de esta conseguirán doblar la voluntad de Buck, “lo habían derrotado (bien lo sabía), pero no estaba vencido. Comprendió, de una vez y para siempre, que contra un hombre con un garrote carecía de toda posibilidad. Había aprendido la lección y no la olvidaría en su vida. Aquel garrote fue una revelación; fue su toma de contacto con el reino de la ley primitiva y no tardó en aceptar sus términos. La vida se le presentaba ahora con un aspecto mucho más fiero; y aunque no se arredraba al enfrentarse a ello, lo hacía con toda la astucia latente que se había despertado en su naturaleza”. La dureza del hombre junto con la dureza del entorno provocará que Buck vaya recuperando su lado salvaje, única forma de sobrevivir en las frías tierras del norte. En la contraportada se destaca una cita que me parece acertadísima sobre la novela, dice Doctorow que”La llamada de lo salvaje es una parábola de la fragilidad de la civilización. London expone la brutalidad de la humanidad y la facilidad con que los seres humanos vuelven a su estado primitivo y salvaje”. Lo hace a través de un perro, lo que demuestra la calidad narrativa de London y como consigue que el lector (humano) se identifique con el perro para denunciar la necesidad de una sociedad construida desde la amabilidad, la cooperación y la solidaridad planetaria. En este sentido, el capítulo 6 “Por el amor de un hombre” es a mi juicio el mejor y el más esperanzador. La relación entre Tornton y Buck es a lo que debe aspirar el Hombre con la Naturaleza, y London lo retrata a la maravilla. Tanto es así, que toda la brutalidad que despega Buck en sus experiencias iniciales quedan atenuadas gracias al amor de Tornton.

La forja de la personalidad de Buck es una combinación entre herencia y entorno, con la habilidad de extraer y potenciar lo más adaptativo de ambos entornos, “de su padre, el san bernardo había heredado el tamaño y el peso, pero había sido su madre, la collie, quien había moldeado esos atributos. Su hocico era largo, como el de un lobo, solo que más grande; y su cabeza, bastante ancha, era una cabeza de lobo a escala colosal. Su astucia era la del lobo, una astucia salvaje; su inteligencia, la inteligencia del collie y el san bernardo; y esa conjunción, añadida a la experiencia adquirida en la más feroz de las escuelas, lo convertían en una criatura tan formidable como cualquier otra de las que vagaban por aquellas tierras vírgenes”.

Publicada en 1903 y ambientada en la experiencia de London en Yukón (Canadá) La llamada de lo salvaje es el libro más leído de Jack London y se le considera normalmente la obra maestra de su primera literatura. Sigo teniendo pendiente Martin Eden, quizás la más sesuda de todas, pero me alegro de haber descubierto a London. Y la edición de Nórdica es amable y accesible. Muy recomendable.

¡Nos vemos en la próxima reseña!

3 comentarios sobre “Reseña de La llamada de lo salvaje de Jack London

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