
2025 ha sido un año de cambios, de nuevos proyectos, de ilusiones y, sobre todo, de crecimiento personal y familiar; termina un año que empezamos en otra casa y termina el último año que seremos tres. Escribo estas palabras dictando el texto a mi móvil porque no puedo escribir con mis manos. Hace una semana tuve una pelea con mi gata y desde entonces tengo una mano hinchada, infectada y muy magullada. Esta solo ha sido la última faena que ha retrasado mi dedicación lectora este año. Por el camino hemos comprado una casa, firmado una hipoteca, realizado una reforma, cargado una mudanza, colocado una nueva casa, incluso una de las habitaciones ha pasado de ser para invitados a ser para el nuevo miembro con el que esperamos empezar un 2026, cargado de sonrisas, amor y muchos pañales.
Como podéis ver en la foto, he leído menos libros. Si años anteriores solía reseñar en torno a noventa libros este año me he quedado en algo más de sesenta. Es cierto que el tamaño y el número no lo son todo, de hecho, he leído muchos tochos este año. Y con todos los avatares que nos hemos encontrado por el camino no me parece que haya sido un mal año de lecturas. ¿Qué ha sido lo mejor? ¿Cuáles han sido las decepciones? ¿Qué libros creo que quedarán en mi memoria? Estas son preguntas que ahora me cuesta contestar. Supongo que os puedo remitir a las reseñas de este año para que veáis qué libros me han gustado más y cuáles menos, incluso cuáles no me han gustado -que también los ha habido. Pero si tuviera que destacar algunos, me quedaría con Faverón, Casavella, Bilbao, Marías, Andric y Guerriero. Temas como los Balcanes o el descubrimiento de Linebaugh y Thompson (reseña pendiente por falta de disponibilidad de mi mano derecha) me acompañarán a un 2026 en el que espero profundizar en mi compromiso social y mi análisis del mundo a través de la lectura de ficción y de ensayo.
En el plano personal, al 2026 le pido salud, amor, paciencia, respeto y alguna alegría profesional. En el plano literario, le pido acertar en mis lecturas, que me lleven «a vivir otras vidas, a probarme otros nombres, a colarme en el traje y la piel de todos los hombres y mujeres que nunca seré» y que me enseñen -a través del dolor de la desigualdad de la injusticia o del olvido- que soy un afortunado, pero que nadie regala nada y hay que seguir luchando.
Para todos vosotros y vosotras os deseo amor, salud y buenas lecturas.
¡Nos vemos en 2026!
PS: aquí, al final y con cierto pudor, tengo que decir que ha sido el mejor año del blog. Las estadísticas reflejan un crecimiento exponencial. 2025 deja más de 580.000 visitas (+204% con respecto a 2024), más de 390.000 visitantes (+212%), casi 1.000 likes (+3%) y más de 100 comentarios (+113%). Gracias a todos y a todas por vuestra fidelidad, por vuestro interés y por todo el cariño que me mostráis en forma (también) de números.
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