Reseña de Historias de Bosnia de Joe Sacco

Sacco mantiene afilada su mirada crítica sobre las guerras

Sigo empeñado en leer sobre las guerras de los Balcanes. Cuando descubrí a Joe Sacco con Gorazde supe que su paso por Bosnia no terminaba en Gorazde sino que tenía otro cómic que es el que hoy os traigo. Se titula Historias de Bosnia, editado por Planeta Cómic, publicado originalmente entre 2003 (El mediador) y 2005 (Soba y Navidades con Karadzic), aunque mi edición -que aglutina las tres historias- es de 2015. Joe Sacco me encantó en Gorazde y me dejó bastante tocado con Palestina. Así que me tenía que dejar llevar por su estilo, humor ácido y capacidad divulgativa en esta nueva entrega. Creo que aún me quedan algunas cosas de Sacco por leer, especialmente Tributo a la tierra, pero acepto recomendaciones.  

En Historias de Bosnia, Joe Sacco narra cómo vivió el final de la brutal Guerra de Bosnia. En El mediador, el relato principal, Sacco nos presenta a Neven, un hombre carismático que obtiene dinero, cigarrillos, comida o alcohol a cambio de guiar a periodistas a través de parajes devastados por la guerra. El relato de Neven contiene algunas claves importantes sobre las dificultades que se encuentra un periodista/dibujante cuando se acerca a los testimonios de una guerra: relatos hiperbólicos, medias verdades, testimonios falsos, intereses por ganar el relato… cuestiones que Sacco aborda con cierta humildad e inteligencia para no plantear las contradicciones directamente, sino dejar clara su desconfianza y no tratar al lector por un idiota incapaz de extraer sus propias conclusiones. En Soba, Sacco se acerca a un artista atravesado por la guerra, desde su obligación militar hasta su creatividad desbordada por el conflicto. Un joven que lucha por recuperarse del trauma bélico para renovar sus ansias creativas. Sacco relata el día a día de Soba, una realidad compleja, desinhibida, ansiosoa incluso lisérgica. Nada tiene sentido y todo está justificado al mismo tiempo. Y en Navidad con Karadzic, Sacco sigue la pista de un soplo que asegura que el sangriento general va a asistir a una misa en Pale, un pequeño pueblo Bosnio. Allí, Sacco se encuentra con un Karadzic educado, cercano, sereno, un hombre que no se parece en nada al criminal de guerra, a lo que dicen que es, a lo dicen que ha sido capaz de hacer. Sacco no pone su dibujo al servicio de los grandes acontecimientos históricos, sino a los detalles, a las cotidianeidades, a los olvidados, a las víctimas corrientes de una contienda militar que les impela y les repele al mismo tiempo. Quizás estas historias no tienen repercusión internacional, pero muchas veces estos testimonios son los que acaban por decantar la opinión internacional sobre un tema. No sé si Sacco tiene algún mérito en este cambio de foco, pero desde luego que sus relatos, sus comics, sus historias, merecen ser leídas, conocidas, reconocidas y reivindicadas.

¡Nos vemos en la próxima reseña!

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