Reseña de El camino de Miguel Delibes

Me esperaba más…

Este año me he propuesto leer literatura española de mediados del siglo XX. He empezado por Delibes. Podría haber empezado por cualquier otro. Pero he decidido empezar por Delibes. Y ante la disyuntiva de qué libro iba a ser el primero, mis libreros de confianza me recomendaron El camino. Había otros: El hereje, Las ratas, Los santos inocentes o Señora de rojo sobre fondo gris (la adaptación de José Sacristán al teatro creo que es una maravilla), pero me decidí por el que se considera más canónico. Mi edición es la conmemorativa del centenario del autor (1920-2020) y viene con un muy prescindible prólogo de Sergio del Molino (ya de por sí un autor muy prescindible). No lo leí en el colegio, ni en el instituto. Delibes nunca me llamó la atención, quizás por su sesgo conservador (aunque con cierta reivindicación de las condiciones sociales de las clases populares), pero la verdad es que considero que tengo un déficit de literatura patria que debo subsanar y autores como Delibes son imprescindibles. Hay más. Pronto os traeré otro que, os adelanto, me ha parecido mejor que Delibes. Al lío.

El camino cuenta la historia de Daniel, el Mochuelo, quien intuye a sus once años que su camino está en la aldea, junto a sus amigos, sus gentes y sus pájaros. Pero su padre quiere que vaya a la ciudad a estudiar el Bachillerato. A lo largo de la noche que precede a la partida, Daniel, insomne, con un nudo en la garganta, evoca sus correrías con sus amigos —Roque el Moñigo y Germán el Tiñoso— a través de los campos descubriendo el cielo y la tierra, y revive las andanzas de la gente sencilla de la aldea. El título se refiere al destino, a ese camino con connotaciones religiosas que está prestablecido y al que todos debemos resignarnos. El Mochuelo se ve en esas lides en el momento previo a su partida a la capital, y mira hacia atrás, para recordar el camino recorrido y añorarlo antes de adentrarse en el camino que tiene por delante. Personalmente soy más de Antonio Machado, quien le diría a Daniel que se hace camino al andar y que al echar la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Sobre el estilo, en la web del Centro Virtual Cervantes explican que “ningún estilo más adecuado (..) que el terso y natural, fiel a la oralidad, sin frases solemnemente compuestas. El propio escritor, aún más elocuente en la definición de sus maneras literarias, justificó años después esta elección tan acertada: «Hace más de medio siglo, cuando pergeñaba mi novela El camino, hice un gran descubrimiento: se podía hacer literatura escribiendo sencillamente, de la misma manera que se hablaba. No eran precisas las frases o construcciones complicadas. No se trataba de hacer literatura en el sentido que los jóvenes de mi tiempo entendíamos en el lenguaje rebuscado y grandilocuente, sino de escribir de forma que el texto sonara en los oídos del lector como si lo estuviéramos contando de viva voz» (Discurso de clausura del II Congreso de la Lengua Española, Valladolid, 19 de octubre de 2001). Otro aspecto del estilo de Delibes que me animó a su lectura es la capacidad para ampliar el diccionario y recurrir a expresiones que son poco comunes como por ejemplo, «tenía el pelo rojo e híspido», «solía manifestar, contristado», «hedía a boruga», «atravesar el puente por la acitara», «eran un poco torvos» o «extendió una arpillera al lado del féretro». A mí estas cosas me encantan porque amplían mi vocabulario o al menos me proporciona una dosis de humildad lectora muy importante para dejarse sorprender por la literatura (y, por lo tanto, aprender de ella).

A mí me ha dejado con ganas de más. Quizás esta vaya a ser una constante en mis lecturas de autores y autoras españolas de mediados de siglo, pero ciertamente le reconozco una virtud: pudiendo parecer llano y aburrido, tiene algo que te invita a seguir leyendo y no es la historia en sí, sino quizás, el trasfondo psicosocial de los personajes y la narrativa de la vida rural. Seguiré leyendo a Miguel Delibes, pero todavía quiero adentrarme en sus contemporáneos y contemporáneas. Tengo muchos libros por delante. Qué suerte tengo.

¡Nos vemos en la próxima reseña!

6 comentarios sobre “Reseña de El camino de Miguel Delibes

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  1. Admiro a Delibes, he leído también «las ratas», «el hereje», «el príncipe destronado» o «el disputado voto del señor don Cayó» y un libro imprescindible «diario de un cazador». Para mí es un autor que nunca me ha decepcionado. Sin olvidar «los santos inocentes». Un saludo.

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