
Una nueva mirada al conflicto entre unionistas y lealistas
Los que lleváis aquí años ya sabéis que entre mis temas recurrentes está el conflicto norirlandés. Me intriga la gestión de los conflictos armados, las consecuencias sociales, la permeabilidad de los discursos entre la sociedad civil, la generación de una cultura alrededor del conflicto con diferentes grados de seguimiento, y la mística que rodea al activista/terrorista y la organización interna de los grupos. Todo esto me interesa e intento leer lo que cae en mis manos sobre este tipo de conflictos. En el caso de ETA creo que no hay tanta literatura de calidad, todavía la cultura no ha sido capaz de quitarse la capa sensacionalista o revanchista. Pero creo que el conflicto norirlandés está mucho más maduro y se nota en los productos artísticos. Hoy os traigo una propuesta interesantísima, La colonia, de Audrey Magee (joven y prometedora autora irlandesa), editado por Sexto Piso. Creo que es de lo mejor que he leído sobre el tema sin ser una crónica (las crónicas de conflictos me pirran).
La colonia arranca en el verano de 1979, cuando un pintor inglés desembarca en una pequeña isla rocosa, de apenas un centenar de habitantes, frente a la costa oeste de Irlanda. El señor Lloyd llega decidido a vivir la experiencia isleña en su forma más genuina, a imbuirse de la luz y la quietud del paraje y así pintar la gran obra que relance su carrera. Muy pronto, sin embargo, aparece en escena otro visitante extranjero, Jean-Pierre Masson, un lingüista francés empeñado en mantener con vida la lengua irlandesa, para lo que considera primordial que la isla y su población local preserven su aislamiento. Los lugareños los admiten como turistas que contribuyen a la modesta economía de la isla y los contemplan con alguna cercanía y curiosidad. Sin embargo, poco a poco entendemos que el verdadero interés de los extraños no es la conexión con la vida de la comunidad sino su propio interés. Si bien esta es la capa más superficial de la novela, de fondo se mueven otros temas mucho más relevantes como el uso político de las lenguas, el modo en que la colonización subvierte un orden social, el arte, la identidad, las perspectivas de futuro de una sociedad aislada (la elección de la isla no es casual) o los cambios generacionales en la percepción del pasado, el presente y el futuro.
¿Y dónde están los Troubles? Bien, resulta que la novela se desarrolla en dos planos que parecen paralelos y terminarán no siéndolo: la interacción entre isleños e intrusos y —estamos en 1979— las matanzas entre protestantes y el IRA. La tensión entre los lugareños y los visitantes acaba siendo hasta pudorosa enfrente del conflicto que se está librando entre los unionistas y los lealistas. Si al principio las crónicas de los atentados de ambos bandos parecen truenos de una tormenta lejana, a medida que avanza el libro se va sintiendo más cerca y al final, al final estamos dentro del ojo del huracán y las rachas de viento han movido los cimientos de la isla y el conflicto ha calado hasta los huesos del último vecino.
Coincido con la contraportada de la editorial en que Magee ha sido capaz de crear “un universo entero en miniatura: el de una isla que se convierte en espejo del mundo exterior, con sus esperanzas y sus desilusiones, sus afectos y sus rencillas, sus pequeñas y grandes ruindades”. Como sostiene José María Guelbenzu en Babelia La Colonia es una “vigorosa novela escrita con sugerencia y convicción para ofrecernos un texto de una valentía e imaginación literaria singulares”.
Hay esperanza en la literatura irlandesa. Los jóvenes vienen fuertes. Traen propuestas interesantísimas y no les tiembla el pulso para ponerse a sus espaldas narrativas más actuales y frescas sobre los grandes temas que han vertebrado la isla, como la ocupación (¿colonización?) británica. Pronto os traeré otra propuesta más cruda, más social, menos lírica, menos madura, más gamberra, pero igualmente potente. Mismo apellido (Magee), otra voz. Pronto.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
Me gusta como escribes,eres un gran escritor y ahí radica tus sentimientos.
Yo soy sencilla de corazon y de letras.
Por lo que te veo,te mando mi 🥰 cariño con mis 87 años,y te deseo que seas feliz !!
29-9-24.laura.
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Muchas gracias por tus palabras, Laura. Ojalá a tu edad yo mantenga el ánimo de actualizar el blog y de entablar relación con otros autores. Un lujo haberte encontrado en este universo tan volátil. Nos leemos 🙂
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