El amor a la palabra convertido en libro universal

Este libro es de esos que todos deberíamos leer alguna vez en nuestra vida. No puedo decir nada que no se haya dicho ya de este autor universal, del que considero mi escritor favorito porque nadie como él me mantiene entretenido leyendo. Para mi sus libros son reductos de paz, de alegría, de pena, de consuelo ante las injusticias de este mundo desquiciado y perverso y, sobre todo, de deleite ante una prosa mimada. Disfruto mucho leyendo a García Márquez. Los libros que voy leyendo de él los tengo todos llenos de marcas, subrayados, requetemanoseados.

De su estilo me cautivan tres cosas. La primera es su artesanía, lo cuidado que está todo;  García Márquez es un Miguel Ángel de la Literatura, cuida mucho lo que dice, cómo lo dice (esas palabras maravillosas que me sumergen de cabeza en el Caribe), y la selección de los nombres de sus personajes, ¡es increíble!. La segunda es su dominio de las pequeñas historias; personajes secundarios o irrelevantes en la historia adquieren un protagonismo inesperado en dos párrafos y desaparecen; García Márquez llena de pequeños relatos sus grandes libros, y me parece que nos está regalando el inicio de novelas para que otros valientes cojan ese testigo y continúen sus historias. La tercera es la profundidad de sus libros; en El amor en los tiempos del cólera, nos presenta todos los tipos de amor mientras reflexiona sobre las relaciones entre clases, el valor de la familia (esa inolvidable Tránsito, como lo es Úrsula), las injusticias, la corrupción política en Latinoamérica… es una pasada.

Tengo todo el libro subrayado, pero quiero traeros algunos fragmentos que me parecen especialmente bonitos. La primera vez que hablan Florentino y Fermina cuando este se acerca a ella mientras borda y le pide que le reciba una carta. Ella se resiste alegando que requiere del permiso de su padre, y Florentino tajante le contesta «consígalo, es un asunto de vida o muerte», y dice García Márquez, «Fermina Daza no lo miró, no interrumpió el bordado, pero su decisión entreabrió una puerta por donde cabía el mundo entero«. Y así empieza este amor por correspondencia que nos llena el libro de grandes momentos. Otro momento importante del libro es en el que Florentino Ariza empieza a encontrarse mal y su madre, Tránsito Ariza, descubre que es porque está enamorado. Los síntomas van a más mientras Florentino espera la respuesta por carta de Fermina y Tránsito llama a un amigo de la familia que es homeópata y este le recibe; en este momento García Márquez nos deleita con lo siguiente, «Le bastó con un interrogatorio insidioso, primero a él y después a la madre, para comprobar una vez más que los síntomas del amor son los mismos que los del cólera«. Y aquí reside el título del libro. Y, por último, un fragmento que ya utilicé en una carta de despedida a una relación que tuve no hace mucho; Fermina le plantea su indecisión con Florentino a su tía  Escolástica y esta le aconseja: «Contéstale que sí. Aunque te estés muriendo de miedo, aunque después te arrepientas, porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida si le contestas que no«. Y así, con la valentía de amar, de lanzarse a vacíos, de humanizar amores platónicos, es como se debe vivir. Hacia adelante. Y que sea lo que El Gabo quiera.

Y, claro, qué vamos a decir de esas pinceladas de realismo mágico que iluminan sus novelas. En este caso me encantó al inicio del libro cuando la correspondencia entre Florentino y Fermina se empieza a consolidar y dice García Márquez, «Trastornado por la dicha, Florentino Ariza pasó el resto de la tarde comiendo rosas y leyendo la carta«. Joder, es genial.

Este libro es un canto a la libertad de amar, a la locura por el amor no correspondido, a la belleza de la palabra, a la perseverancia, a la bondad y al amor en su máxima expresión, es una obra de arte. Me quedan muchas novelas de Gabriel García Márquez por leer. Lo próximo serán los cuentos de Los funerales de Mamá Grande, pero creo que Crónica de una muerte anunciada será su próxima novela que lea y no tardará en caer. Regalaos momentos con García Márquez, son para siempre.

¡Nos vemos en la próxima reseña!