Dice más del libro el título que la contraportada. No es el libro que os esperáis si la leeis. No me ha transmitido prácticamente nada. Es un pan sin sal. Algo totalmente aséptico. Ni fú, ni fá. Ni chicha, ni limoná. Sin más. Y dicen que el autor es muy reconocido en Finlandia, pero es que a mi me ha dejado como estaba antes de leerlo, y eso es una sensación horrible con los libros.
El libro nos cuenta la historia de un profesor y escritor finlandés que se enamora de una jovenzuela y cuando decide cambiar de aires e irse a vivir a Paris, su recuerdo le ocupa toda su rutina. Actúa en función de lo que cree que a ella le gustaría que hiciera. Espera encontrársela en cualquier evento o cruzársela por la calle. Si recibe noticias de ella se enfada, se ilusiona o se revela dependiendo del cariz de las mismas. Se entera que su joven amada se casa, y decide que debe exprimir Paris. Se le pasa el enfado y vuelve a vivir melancólicamente del recuerdo de su «nínfula», como diría Nabokov. Hasta que se rinde:
«Tal vez se desvanezca de mi mente por un breve instante, tal vez por las tardes y noches. Estos instantes matinales desesperadamente reales, inmutables, habrán de ser siempre los mismos. Regresarán estos mismos sentimientos, este mismo anhelo desdichado, este pesar agotador, lacerante. Viva donde viva, busque consuelo y olvido donde los busque, siempre la echaré de menos a mi lado, donde ella no está. Probé a extinguir su imagen, a ocultar su rostro… siempre habrá de verse a través del sello de agua, un perfil puro y ondulado mechón junto a la oreja».
Sin más. Y me da rabia, porque a esta editorial le he dado más oportunidades y ninguna me ha dejado plenamente satisfecho. Es que no le saca partido ni a Paris, ni a Finlandia, ni a la historia, ni a la relación del protagonista con su mejor amigo (hermano de su amada)… si buscáis un libro que os sirva de entremeses, el típico libro – sorbete (aunque es muchísimo peor que Yonqui). pero este ni siquiera te refresca… No tengáis ninguna expectativa, quizás así os guste algo más que a mi.
Esta reseña ha sido muy coñazo, ¿no? Tristona, gris, plomiza, lúgubre (como el museo)… ¿será el tiempo? ¿seré yo? A veces estas cosas también pasan con los libros, te cogen en un mal momento y no hay forma de sentirte a gusto leyéndolo. Quizás también tenga que ver que ahora estoy leyendo un libro genial del que os hablaré próximamente.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
Libro gris y reseña flower power no habría tenido mucho sentido tampoco. Me encanta que seas sincero cuando un libro no te gusta. Para mí, reseñar libros de otra forma no tiene sentido.
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Joe, muchas gracias. La verdad es que o somos sinceros o esto no tiene sentido. Recomendar exige tener criterio y con el criterio va implícita la crítica negativa. Eso sí, desde el respeto y la más profunda admiración por el trabajo de los autores y las editoriales.
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